Saturday, March 26, 2011

The girl with kaleidoscope eyes



Ha muerto Elizabeth Taylor, y como siempre que muere alguien como Elizabeth Taylor es necesario prescindir de toda la farfolla habitual de estilo “desaparece uno de los últimos mitos de Hollywood” y acudir a los recuerdos personales que todo espectador (no necesariamente cinéfilo y mucho menos en este caso) tiene de una mujer conocida durante la primera parte de su vida por su excepcional belleza y en la segunda por motivos mucho menos líricos.



Como ocurre con muchos actores del Hollywood mítico, no sabría decir cuál fue la primera película suya que vi tal era el grado de familiaridad que con dichos actores se tenía en la época en la que yo empecé a ver películas por televisión de manera que, como es costumbre, hay que seguir el hilo temporal que marca la imdb.

No recuerdo haber visto ninguna de las películas de Lassie con las que Taylor inició su larga carrera cuando todavía era una niña, no es de extrañar porque sinceramente detestaba esas películas y al perro que las protagonizaba. Sí tengo en cambio un recuerdo muy claro de “National Velvet” (“Fuego de juventud”) que seguramente vi durante alguno de esos programas infantiles vespertinos presentados por María Luisa Seco, aunque la verdad la escena que más tengo grabada es aquella en la que el simpático enano Mickey Rooney (un habitual de dichas sesiones infantiles de tarde) interpretando a un jockey traumatizado.




La siguiente película que recuerdo haber visto (posiblemente también en aquellos años) fue “Mujercitas” aunque la participación de la joven actriz en ella no resulte, al menos para mi, especialmente memorable. Y no porque Liz diera vida a la pija Amy (que con el tiempo ha terminado por convertirse en el único personaje con semblante humano de esa extraña familia) sino por el pelo pajizo y atirabuzanado que lucía en pantalla. Vamos, que por una vez estaba fea.




Todos esto títulos pueden resultar hoy bastante ñoños (incluyendo las dos películas en las que Taylor interpretaba a la hija perdida de Spencer Tracy) pero son recordados con cariño por el público que los vio en su infancia, yo sin embargo considero que “Un lugar en el sol” es posiblemente la primera gran película protagonizada por Elizabeth Taylor



Basada en la novela “An american tragedy” (que ya había sido llevada al cine con anterioridad) y dirigida por el prestigioso George Stevens, Liz más que un personaje de carne y hueso era la representación de un modo de vida que se convertía en el objeto del deseo del proletario Montgomery Clift que no dudará en matar para lograr su lugar en el sol. ¡Y quien no!, aunque yo preferiría que la víctima no hubiese sido la pobre Shelley Winters.




Fue en esta película donde Monty y Liz dieron comienzo a una estrechísima amistad, se dice que incluso podía haber habido algo más que amistad entre ellos de no ser porque su unión física era más improbable que la de los amantes de “Lady Halcón”.

Dejando aparte algún título perteneciente al género de aventuras como “Ivanhoe” (donde interpretaba a la morbosa judía Rebeca por la que todos los niños que vieron la película hubieran dejado de lado a la pavisosa Joan Fontaine) o “La senda de los elefantes” (yo ni siquiera la recuerdo a ella entre tanto paquidermo), se puede considerar que la siguiente película importante de Taylor fue “Gigante”. Dirigida también por George Stevens y con la participación de otro maldito de Hollywood, James Dean (se cuenta que el arisco rebelde sólo se llevó bien con Liz durante el rodaje), la película ha envejecido bastante mal y precisamente es sólo la relación que se establecía entre los personajes interpretados por ambos actores lo único que sigue siendo memorable






Aun así qué duda cabe de que “Gigante” fue un gran éxito, algo que no se puede decir de la siguiente película de la lista. “El árbol de la vida” lo tenía todo para triunfar, otro director de renombre -Edward Dmytryk-, el retorno del magnético dúo Clift-Taylor, un presupuesto ilimitado y una de esas historias de tono épico tan del gusto de las superproducciones americanas. Pero al final el filme resultó un fiasco y se la consideró en su día como un simple y frustrado intento de rescatar el tono de la inmortal “Lo que el viento se llevó”.




Por añadidura la filmación se vio trágicamente interrumpido debido al grave accidente de tráfico de Montgomery Clift en el cual su rostro quedó gravemente desfigurado con la consecuencia de que, durante el visionado de la película, se podía distinguir claramente los planos que habían sido filmados antes y después del accidente. Se cuenta que Liz corrió en auxilio de Monty nada más producirse el siniestro y que incluso le salvó de morir atragantado por sus propios dientes.





En 1957 Taylor tenía ya 25 años y su carrera prácticamente se reducía a papeles de niña bonita o de joven esposa ejemplar, pero a partir de ese momento, de forma intencionada o casual, lo cierto es que en los dos años siguientes se produjo un cambio espectacular en su imagen pública al menos en cuanto al cine se refiere




“La gata sobre el tejado de zinc” estaba basada en una obra de Tenesse Williams (posiblemente tras Shakespeare el dramaturgo más adaptado al cine), una obra que por lo visto fue suavizada de forma notoria para permitir su traslado a la pantalla grande. No he visto ni leído el original aunque sí he visto otras adaptaciones (incluyendo una terrible con Jessica Lange haciendo de Maggie) y fiel o no me sigo quedando con la versión que todos conocemos. Prescindiendo del contenido dramático del filme (que es bastante apreciable) nadie puede olvidar la sensual imagen de la otrora angelical Liz triscando en paños menores alrededor del indiferente y alcoholizado Brick Pollit.




Pero si “La gata sobre el tejado de zinc” podía considerarse para la época como una obra subidita de tono al final se quedó en anécdota comparada con el sensacional escándalo que supuso el estreno de “De repente, el último verano”. La película no sólo estaba basada igualmente en una obra de Tenesse Williams sino que fue el propio autor el que escribió el guión junto con Gore Vidal (ahí es nada). Un furibunda crítica de un periódico neoyorquino decía algo así como:“Si le gusta la sodomía, el canibalismo y el incesto esta es su película”, al día siguiente la cola ante las taquillas daba varias vuelvas a la manzana.





Aquí no había veladas insinuaciones a la orientación sexual del personaje principal del drama como ocurría en “La gata…” (Sólo un zoquete podía ignorar que Brick y Skip eran algo más que amigos íntimos), en este caso el invisible Sebastian era un homosexual declarado aficionado a los chicos de la calle, que no dudaba en emplear los encantos de su prima para atraer la atención de los golfillos, algo que por cierto daba lugar a la escena que yo considero como la más tórrida interpretada nunca por Liz. (Se recomiendo ver el vídeo sin sonido)




El escándalo no pareció afectar a la carrera de Taylor que a continuación protagonizó “Una mujer marcada” (que desgraciadamente nunca he visto) película por la que recibió su primer Oscar y varios años más tarde tuvo sin duda su mayor éxito popular (que no de taquilla) en un filme que marca una frontera personal en lo que al aspecto físico de la hermosa actriz se refiere






“Cleopatra” es una superproducción muy del gusto de la época, más aparatosa que efectiva, concebida como un auténtico espectáculo que hoy en día solo es tolerable en un viernes santo en Rabat. Por añadidura el rodaje fue un infierno y la recaudación resultó ruinosa comparada con el desorbitante coste. Pero nada de eso importa porque “Cleopatra” sólo será recordada por ser la película en la que se produjo el encuentro entre los amantes más célebres de la historia del cine.





Cuando empezaron a trabajar juntos los dos actores no sólo estaban casados y con hijos sino que además venían de numerosas y accidentadas relaciones matrimoniales previas, pero nada de eso impidió que surgiera un apasionado romance que fue seguido con igual pasión por el mundo entero (en serio, lo de Brangelina no fue nada comparado con esto).

No sólo la vida personal de Elizabeth quedaría marcada por este encuentro, también lo sería su carrera profesional. A partir de “Cleopatra” y hasta su primer divorcio de Burton es difícil encontrar algún título que no usara la presencia de los dos actores como gancho para atraer a un público que no se cansaba de la turbulenta historia de amor.

De entre todos esos títulos sólo recuerdo brevemente uno llamado “Castillos en la arena” y no creo que haya demasiados motivos para buscar los demás con excepción por supuesto de “¿Quién teme a Virginia Woolf?”





No conozco lo suficiente sobre la relación Burton-Taylor así que resulta un poco aventurado (aunque inevitable) pensar en que los dos actores se interpretaban a sí mismos en la historia de este matrimonio de edad media, formado por dos seres amargados y alcoholizados incapaces de separarse y al mismo tiempo incapaces de dejar de agredirse verbalmente con unas lenguas tan afiladas como los brazos metálicos de T1000





Cuando la película se estrenó Liz y Dick llevaban sólo cuatro años juntos y todavía faltaban siete para que se divorciaran pero qué duda cabe de que no se trataba de una pareja al uso, por lo que se sabe los dos enamorados tenían una relación de amor-odio muy semejante a la que se muestra en la película, Burton era un alcohólico incurable que se despachaba tres botellas de vodka al día, motivo por el que era propenso a ataques de violencia incontrolada. Por su parte Liz arrastraba un largo historial de problemas médicas que la tenían sujeta a una larga lista de sustancias ilegales.

Lo cierto es que tanto si estamos ante una ficción como ante un escalofriante autorretrato aquella interpretación le valió a la actriz un merecidísimo segundo Oscar


Taylor, siempre tan precoz, tenía sólo 34 años cuando interpretó a la avejentada Martha, tan sólo un año más tarde y con un aspecto mucho más mejorado vino el que posiblemente sea su último gran papel. Se trata de “Reflejos en un ojo dorado” adaptación de una novela de Carson Macmullers en la que compartía pantalla con otro mito de Hollywood, Marlon Brando bajo la dirección de John Houston. Una mezcla de talentos de lo más atractivo que nunca he tenido ocasión de ver entera aunque la he tenido en la lista de pendientes.




A partir de aquí resulta difícil encontrar algo que valga la pena en los siguientes treinta y cinco años que duro la agonía artística de Taylor, una circunstancia que vino acompañada del inevitable decaimiento físico, acentuado en su caso por su mala salud, sus adicciones y sobre todo por el recuerdo que todo el mundo tenía de su increíble belleza juvenil. El resto de su vida sólo estuvo animado (hablando de su imagen pública) por sus múltiples matrimonios y por su transformación en protectora y confidente de nuevos iconos de la cultura norteamericana como Michael Jackson así como por su activismo social en causas como la del SIDA.


Elizabeth Taylor ha muerto, su vida fue tan larga, intensa y variada que ofrece la ventaja de extraer de ella la parte que queramos conservar en el recuerdo: la niña ingenua de increíbles ojos violeta, la joven de belleza arrebatadora, la pasional actriz intérprete de papeles de carácter, la amante fatal o la diva decadente. Que cada cual escoja lo que prefiera.

Tuesday, March 22, 2011

Cuando el destino nos alcance






Comentario sin spoilers.

Un argumento y un trailer prometedor (y no es que dicho trailer, como ocurre muchas veces, diera una imagen falsa de la película) me convencieron de ir a ver “Nunca me abandones”. Era una decisión que tenía ya tomada incluso antes de saber que el argumento estaba basado en una obra del escritor Kazio Ishiguro (sí, el de “Lo que queda del día” una expresión que emplea incluso el programa de mano de los Renoir), algo que en particular no me afectaba porque ni le he leido nunca ni he visto la película basada en su obra más conocida.

No obstante este hecho, me refiero a que hablamos de la adaptación de un original literario relativamente prestigioso, podría explicar por qué la película me ha parecido tan fallida. Estamos ante un claro ejemplo de que a veces una mezcla de buenos elementos no garantiza un resultado óptimo: ni una cuidada –y deliberdamente plúmbea- fotografía, ni un igualmente cuidado –e igualmente plúmbeo- diseño de producción, ni una melancólica banda sonora, ni un poderoso trio de jóvenes protagonistas (Carey Mulligan, Andrew Garfield y Keira Knightley) son circunstancia que puedan justificar por sí solas la existencia de una película que no se apoya en algo que, al menos para este tipo de producciones, se presume como fundamental. Y ese algo no es otra cosa que la razón de dicha existencia, no hablo de la explicación de todo sino del motivo de todo.

Me refiero a la propia razón de ser de un argumento como este, algo que sospecho debe estar oculto entre las páginas del original literario pero que los responsables de la película han sido incapaces de llevar a la pantalla, y sin esa razón de ser “Nunca me abandonas” se convierte en una barca de languidez en medio de un océano de miseria, una película que no es que sea deprimente sino que está hecha para deprimir que no es lo mismo.

P.D.

También he visto "El mundo según Barney" pero no tengo nada que decir de ella, sí Paul Giamatti está muy bien pero eso es como decir que tras el día 28 viene el día 29, algo que ocurre casi todos los meses.

Monday, March 14, 2011

¿Pero qué coño haces tú sin disfrazar?



Ya he contado alguna vez que tengo con la fiesta típica del lugar en el que vivo (Carnavales) la misma relación que tienen algunos valencianos con las Fallas o algunos pamploneses con San Fermín: llegado a un cierto punto en la vida lo único que quiere uno es salir cagando leches de la ciudad en esos días tan señalados.

Así pues no se trataba tanto de estar allí (Madrid) como de no estar aquí (Tenerife), vamos que yo con haberme tirado la semana subiendo y bajando por la Gran Vía como un paleto me hubiera dado por contento pero ya que estaba en la metrópoli decidí hacer algunas cosas más.

CLIMA

Excepto un par de jornadas en los que llovió el tiempo estuvo perfecto: esto es días de sol aunque con fresco-frío, muy de agradecer sobre todo cuando soy consciente de que ahora me esperan seis meses de verano.


FAMOSOS VISTOS








COMER Y BEBER


Verificar que los sitios dónde comer por cuatro perras que se señalaban en la anterior entrada madrileña siguen vigentes con algún ligero ascenso en precios, añado que el lugar de la Calle Ferraz donde el menu con bebida, pan y postre (o café) costaba 6,50 (ahora son 7 euros) se llama “Cervecería JJ”.

En cuanto a lugares nuevos he localizado un sitio llamado “Bodegas Casas” donde se puede beber vino con tapa a sesenta céntimos, está en la Avenida Ciudad de Cataluña, saliendo de la boca de metro de Menéndez Pelayo a la derecha.





Y si como yo piensan que los kebaps está muy buenos pero tienen un precio escandaloso, en la Calle Luchana (cerca de la Glorieta de Bilbao) está el Istanbul donde venden una versión reducida a sólo 1,90 euros, dado que el Istanbul es una cadena de locales de comida rápida otomana supongo que en los demás establecimientos de dicha cadena se encontrará la misma oferta.


MUSEOS Y TAL

Visita al Thyssen que era el único de los tres grandes que me quedaba por conocer, no está nada mal pero admitámoslo: aunque tiene en nómina a casi todos los grandes pintores de la historia, su colección permanente está formada por obras de morondanga con escasas excepciones.





Así que yo sinceramente tampoco haría demasiados esfuerzos para que la baronesa no cumpliera su amenaza de llevarse el museo a otra parte cuando finalice el acuerdo que mantiene con el estado español, personalmente sólo lamentaría no volver a ver algunas obras de Richard Estes.



También estuve en el Museo del Ejército de Toledo pero dudo que esto suscite el interés de alguno de ustedes

CINE

Como de costumbre la actividad que ocupó la mayor parte de mi tiempo fue el visionado de películas que no me es posible ver en versión original en mi ciudad o que directamente no me es posible ver de ninguna manera




A veces el Barça juega encuentros en los que el equipo sale con los sustitutos para reservar a los titulares en vista a compromisos ulteriores, si la estrategia sale mal se suele tirar de los jugadores a los que se les había dado descanso para que resuelvan la papeleta.

Cuando esto sucede se dice que el equipo ha tirado medio partido, algo así ocurre con esta película que en su mayor parte resulta tremendamente anodina en virtud de un desarrollo argumental plano y de unos actores insulsos que además (y aun reconociendo que se trata de un efecto deliberado) interpretan a unos personajes hieráticos. No es hasta bien entrado el metraje cuando la historia se vuelve interesante y cuando Jacki Weaver justifica el por qué recibió una nominación al Oscar, pero hasta entonces repito que la película es una pérdida de tiempo.



De Jee-woon Kim tenía como referencia la elegante “A tale of two sisters”. En “I saw the devil” dicha elegancia queda sustituida por una puesta en escena pródiga en imágenes brutales más del estilo del Chan Wook Park de "Simpathy for lady vengeance" y "Old Boy" (películas que además tienen en común con esta la presencia del escalofriante actor Min Sik Choi).

Y es una pena porque dichas imágenes brutales (muy celebradas por un público convocado por el canal SYFY que no obstante guardaba un embarazoso silencio cuando lo que se escenificaban era secuencias de abusos sexuales y es que parece que por fortuna todavía existen tabúes) sólo contribuyen a desviar la atención sobre un interesantísimo argumento que gira en torno al tema de la venganza y sus miserias, mientras veía la película casi deseaba que alguna productora norteamericana encargara un remake que –al estar forzosamente desprovisto de dichas imágenes- se centrara únicamente en llevar a la pantalla un buen thriller filmado de forma profesional.




Mi interés por esta película tiene un origen que, según he comprobado, es común al de muchos otros espectadores. En un primer momento la dejé pasar pensando que se trataba de “otra película de postguerra”, posteriormente el éxito del filme en la pasada edición de los Goya (prescindiendo del presunto carácter castigador de la marginación de las otras dos principales candidatas a los premios más importantes) hizo que me picara la curiosidad (tal y como sucedió en su día con “La soledad” de Jaime Rosales, otra inesperada ganadora que sin embargo sigue siendo una película desconocida).

Hay que decir que la obra de Villaronga ha sido reivindicada con justicia, a pesar de ser efectivamente una película ambientada en el gran drama histórico de las post guerra española, es un filme que huye de las situaciones tópicas y los personajes acartonados y unidimensionales que trufan nuestra cinematografía en cuanto a este tipo de argumentos se refiere. La mentira, la traición, la hipocresía y el duro descubrimiento de la verdadera naturaleza del mundo adulto son los temas de los que realmente trata la película, la ambientación en la Cataluña rural de los años cuarenta es simplemente un marco espacial muy adecuado donde este tipo de sentimientos se exacerban lo que contribuye a hacer de “Pa negre” uno de las producciones nacionales más a tener en cuenta en el futuro, véanla si tienen ocasión y si pueden hacerlo en la versión original en catalán mucho mejor.




Después de un par de bandazos (de los cuales yo sólo tuve que padecer “El embrujo de Shangai”) con películas de ficción Fernando Trueba decide volver al mundo de los musicales aunque con la curiosa variante de contar una historia ambientada en la Cuba pre castrista mediante la animación, un género que no ha tenido (que yo recuerde) precedentes muy ilustres en nuestra industria (y que por el contrario sí cuenta con dichos precedentes en el mundo de la televisión aunque ya hace mucho tiempo de eso).

Precisamente la animación y la música son los alicientes de la última obra de Trueba, circunstancias que además salvan una producción que de otro modo sería recordada por contar con un argumento tan tópico que a su lado “El regador regado” podría ser considerada como un prodigio de complejidad narrativa.





No suelo comentar las películas que veo en la Filmoteca madrileña (encantador edificio con excelentes precios en entradas de cine y en cafetería pero con una programación digna de alguien con trastorno múltiple de personalidad) pero quería aprovechar la oportunidad para hablar de una figura que ha caída en el olvido.

¡Ah Gonzalo Suárez, Gonzalo Suárez! Eres sin duda el director más innovador e interesante que ha tenido nuestra filmografía desde los tiempos de Luis Buñuel y se que esto son palabras mayores. No encuentro nadie a parte de Gonzalo Suárez que, en todo este tiempo que ha pasado desde que el cineasta aragonés estaba en su esplendor, pueda comparársele en cuanto a hacer un cine tan personal y heterodoxo. ¡Si además hiciera buenas películas este hombre ya sería la leche




Y esto es todo lo que dio de sí una visita de nueve días.

Sunday, March 13, 2011

La flema que conquistó el mundo. By any means neccesary

Una oficina cualquiera del INEM. Llega una mujer de aspecto (y pasaporte) británico y hace una solicitud.

No se si saben (y espero que nunca lo averigüen) que una vez consumido el paro se tiene derecho a un subsidio por cargas familiares, el plazo para solicitar dicho subsidio es de quince días hábiles, y presentarlo después significa perder el mismo número de días de subsidio que de días fuera de plazo.

La mujer presenta la solicitud exactamente nueve meses después de la fecha en que hubiera debido hacerlo.

“Señora”, dice el funcionario, “ tengo que quitarle nueve meses del subsidio, y ese tiempo no se recupera, ¿por qué no lo presentó antes?”.

“Porque no lo necesitaba entonces y sí lo necesito ahora”, responde ella.

El funcionario se queda mirándola con cara de haba, al igual que los primitivos aztecas miraban las primeras carabelas que llegaron a sus costas, no por ver algo insólito sino por ver algo que no pensaban que existiera. Luego piensa en decirle “Señora, ahora está usted en España y aquí hay que agarrar todo lo que se pueda”, pero concluye que ya tenemos bastante mala fama.

Thursday, March 03, 2011

La(s) foto(s)