Sunday, January 23, 2011

Necrophobic.

En una entrevista realizada con motivo del estreno de “The Dead”, una periodista le preguntó a John Houston sobre su implicación personal en la historia que se narraba. El anciano director respondió “¿Me hace usted esa pregunta porque yo mismo me estoy muriendo?”.



Clint Eastwood ha cumplido ya ochenta años y aunque tiene buen aspecto (ya me gustaría a mí estar así a esa edad suponiendo que llegue) está claro que puede morir en cualquier momento, así que es inevitable preguntarse si hacer una película sobre la posibilidad de vida más allá de la muerte tiene algo que ver con sus propias inquietudes sobre el tema.





De todos modos las historias que suelen tener este tipo de tramas no resultan en principio algo atractivo de ver debido a su facilidad para caer en la sensiblería más desvergonzada. Véase si no los ejemplos de “Ghost”, “The lovely bones” o la pringosa (en todos los sentidos) “Más allá de los sueños” que además tiene un título tan parecido a la que hoy nos ocupa.




De todos modos el hecho de que el filme venga con la firma de Clint Eastwood unido a que estamos en plena temporada pre-Oscars parecían estímulos suficientes para ir a ver una película con un argumento contra el que, en un principio, se debe tenar bastante prevención.

El veterano actor y realizador norteamericano está considerado como uno de los últimos nombres asociados al cine clásico de Hollywood, por más que dicho clasicismo pueda ser puesto en duda en películas como “Sin perdón” o “Mystic River” tan ortodoxas formalmente como heterodoxas argumentalmente o por el contrario en casos como “Million Dollar Baby” o “Gran Torino” que narraban tramas muy manidas envueltas en una estructura totalmente anárquica. De todos modos este, en mi criterio, equivocado concepto de clasicismo no parece incomodar a los espectadores que suelen acudir masivamente a presenciar cada uno de los estrenos del viejo director. Me pregunto cual será la opinión de dichos espectadores tras terminar la contemplación de “Más allá de la vida” porque adelanto que la mía es de moderada consternación.

La película se estructura entorno a la historia de tres personajes que han tenido experiencias cercanas a la muerte: Marie, una periodista y modelo francesa (Cécile de France conocida hasta ahora únicamente por su papel en “Alta Tensión”) que sobrevive al gran tsunami de 2004, Marcus, un niño que se rebela contra un hecho trágico e inesperado y George, un médium (Matt Damon) que trata de llevar una vida normal lejos de las miserias que le acarrea su don.

Lo más sorprendente de todo no es la manera tan sonrojante en la que estas tres historias acaban convergiendo sino en la poca entidad dramática que tiene cada una de ellas, o al menos dos de ellas.

La parte de la historia protagonizada por Marie se inicia con la escena del tsunami que no sólo es totalmente innecesaria (para lo que se cuenta lo mismo hubiera dado que la mujer hubiera sobrevivido a un resbalón en la ducha) sino que opino que está filmada con unos efectos muy pedestres, más próximos a las fantasías animadas tipo “Anaconda” que a ilustres filmes de catástrofes con ola gigante incluida como 2012 o “El día de mañana”. Pero vamos, repito que más que chapucero es innecesario, como esos planos de la actriz en ropa interior (aunque de esto me quejo menos). La cuestión, es que tras esa experiencia cercana a la muerte, Marie ya no encuentra sentido al estilo de vida moderno y glamouroso que había llevado hasta entonces, y comienza a hacer una serie de cambios que paradójicamente hacen su existencia mucho más miserable de lo que eran antes. Pero Marie parece incapaz de sustraerse a la gran cuestión filosófica sobre lo que ocurre tras la muerte y decide indagar sobre ello a pesar del escepticismo de una sociedad siempre aquejada de una aguda tanatofobia. Este último punto sería quizás el más interesante de la historia de Marie de no ser porque, al igual que el resto de la película, la narración es demasiado confusa y fragmentada, tanto que al final ni siquiera estoy seguro de saber qué es lo que realmente piensa este personaje sobre el tema sobre el que gira el argumento.





Sin embargo todos estos defectos no son nada comparado a lo que sucede en el episodio protagonizado por Matt Damon, que directamente adolece de casi cualquier cualidad de las que adornan a una historia contada a través del cine. En concreto las escenas en las que se describen las prácticas extrasensoriales de George (y más en concreto aun, aquella en la que interviene una irreconocible Bryce Dallas Howard) están filmadas de una manera tan plana y carente de tensión dramática que resultan impropias de un profesional.



Más afortunado resulta el segmento protagonizado por el niño Marcus que refleja de un modo más preciso todos los sentimientos que genera una desaparición inesperada: la sensación de amputación emocional, la negación, la rebeldía, el fracasado empeño en buscar algún sentido al hecho absurdo que supone la muerte. Todo esto es narrado de una manera inteligente y al mismo tiempo emotiva algo a lo que ayuda mucho la interpretación de los jóvenes actores (que parece que esta vez sí son gemelos de verdad) Frankie y John McLaren.





Estas tres vidas confluyen en una resolución que causa tanta perplejidad e insatisfacción como el resto de la película, aunque en esta ocasión al menos se puede tener el consuelo de que esos dos sentimientos están deliberadamente provocados por el propio autor de la historia que parece tener interés, no tanto en responder a la gran pregunta (el que quiera eso que siga viendo “Entre fantasmas” y otras hierbas por el estilo), como en ayudar a que el público se la plantee o al menos que piense en ella. Claro que para eso lo cierto es que preferiría revisar “Six feet under” o el capítulo de “Buffy cazavampiros” en el que muere la señora Summer.

14 Comments:

Blogger JRB said...

Pues vaya. El trailer me puso la mosca detrás de la oreja, pero tu crítica no hace sino confirmar las reservas que me produce esta película. Ya el año pasado la de Mandela me pareció un ladrillo. Y ahora se rumorea que Eastwood pretende rodar un remake de "Ha nacido una estrella"... protagonizado por Beyoncé!!
Quizá ha llegado el momento de internar al abuelo en aquella soleada residencia.

4:12 PM  
Blogger SisterBoy said...

Pues yo había oido que quería hacer un biopic de Edgar J. Hoover, a ver por cual se decide el abuelo

4:20 PM  
Blogger Deckard said...

Mi opinión es que ni fu ni fa. Ahora te acusarán de spoilear Buffy.

4:01 AM  
Blogger Deckard said...

El tsunami también me pareció un poco de andar por casa. Está claro que para romper cosas a gran escala hay que llamar a los muchachos de Emmerich.

4:02 AM  
Blogger SisterBoy said...

Ahí voy yo, el gran público (buena parte del cual siempre mostrará interés por la nueva película de Eastwood)está acostumbrado a ver desastres con mejores efectos y será inevitable que muestren escepticismo por los esta película que repito que podría haberse ahorrado dichas escenas que no aportan nada al tema principal

4:26 AM  
Blogger Slim said...

a mi las pelis del señor este me encantan, me gustaron casi todas, y la última Gran Torino, que es la que tengo mas cercana, me pareció genial. asi que seguramente vere esta tambien, a ver que tal.

Ahora, tengo que decir que a mi The lovely bones me gustó, asi que lo mismo mi opinión no vale nada (y no me toques Ghost que aun oigo Unchained melody y me tiemblan las piernas..jaja)

la verdad es que me parece admirable que un tio de 80 años siga haciendo peliculas, aunque alguna le salga medio patata como al parecer esta. ¿que al final las historias convergen "de manera sonrojante"? ya estaria cansado Don CLint, jo! lo normal!

8:15 AM  
Blogger SisterBoy said...

Oh pues vela vela y luego nos dices.

Yo después de hacer Mystic River ya cumplió con la humanidad, el resto es de propina.

8:34 AM  
Blogger Adso said...

This comment has been removed by the author.

10:30 AM  
Blogger Adso said...

Mystic River es la mejor película de la década de los 0´s. A Eastwood siempre hay que verlo, aunque no siempre esté acerado. Yo iré a verla, aunque mi problema ahí no es tanto la historia sino Damon, el único actor al que le hace sombra hasta un perchero...
Tengo que repasar tus críticas, pero ¿te gusta Gondry? Yo defiendo hasta su comercial avispón, que ya es decir.

10:33 AM  
Blogger SisterBoy said...

Eternal Sunshine es posiblemente una de mis 20 películas preferidas. De resto no he visto mucho si exceptuamos La ciencia del sueño que me pareció fallida.

11:19 AM  
Blogger Adso said...

Al final la he visto y al contrario que a tí, a mí sí me ha gustado. Al margen de la historia, el guión o los personajes, lo que más me gusta de Clint es su manera de narrar, con detalles sencillos y visuales como esa gorra sustitutiva del hermano. Y Damon, que tanto me preocupaba aquí está realmente bien porque hace de loser, de tipo que carece de personalidad por culpa de su don. Terribles esas imágenes de Damon cenando solo en la mesita de la cocina, escuchando a Dickens. A Damon le pasa como a los personajes de Misfits, que sus poderes son defectos antes que otra cosa. La película no es perfecta y tiene fallos, pero como casi todas las de Clint ni te aburre, ni te ofende, ni trata de darte lecciones, y además tienes la sensación de haber visto como mínimo algunos momentos cinematográficos brillantes.

3:33 PM  
Blogger SisterBoy said...

Caray al final voy a tener que ver Misfits, no ceso de recibir referencias

10:23 PM  
Blogger Adso said...

¿Aún no la has visto? Pues Misfits es lo que tendría que haber sido Heroes. Nada pretenciosa, muy divertida, muy inglesa.

6:55 AM  
Blogger SisterBoy said...

En la página de Mer hay un agudo comentario que fue el que me estimuló a "comprarla". Cuando la vea informaré de los resultados

8:31 AM  

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