Wednesday, July 28, 2010

Abecedario del crimen. Capitulo XIX. Helter Skelter. Parte Cuarta: Hollywood Burns




Tras retirarse, la banda arrojó desde una colina la ropa ensangrentada a la carretera de Benedict Canyon. A Krewinkel le dolía la mano de tanto apuñalar hasta el hueso, y las otras muchachas se jactaban de que les habían arrancado mechones de pelo.

Manson los esperaba en Spanh Ranch. “¿Qué hacéis en casa tan pronto?, preguntó. “Tío –respondió Watson-, menuda confusión hemos montado.”

A las 08.00 de la mañana del 9 de agosto la doncella Winifred Chapman llegó a Cielo Drive como todos los días y entró por una puerta de servicio lateral. Al encontrarse con la dantesca escena de la masacre salió corriendo de la casa, gritando histéricamente. La policía no tardó en llegar, primero hallaron el cadáver de Steven Parent a la entrada de la propiedad, luego a Frykowski y Folger en el exterior de la casa y por último a Tate y Sebring en el salón.

También encontraron a William Garretson el cuidador de la finca de 19 años de edad y único superviviente de la masacre.



Desde el principio la posición de Garretson parecía poco sostenible. En un primer momento alegó no haber oído nada pero la policía no le creyó y fue considerado sospechoso, más tarde se descartó esta posibilidad cuando el joven pasó la prueba del polígrafo, además no se encontró ni una sola huella suya en la casa y él no tenía ni el más mínimo rasguño. La conclusión es que Garretson no había estado, ni esa noche ni antes, en el interior de la mansión de los Polanski.

De todos modos seguía siendo poco creíble que el guardés no oyera ni viera nada del infierno que se había desatado esa noche en la casa. Bastantes años más tarde Garretson fue entrevistado para un documental y en ese momento reconoció que aquella noche había escuchado los disparos que anunciaron la irrupción de los asesinos en la propiedad y posteriormente había presenciado el asesinato de Abigail Folger y había escuchado asimismo sus últimas y extrañas palabras. Aunque en esa entrevista trató de dar otra explicación lo más probable es que durante los sucesos de esa noche Garretson entrara en shock y fuera incapaz de reaccionar ante lo que estaba ocurriendo.



Mientras tanto Polanski que permanecía aun en Europa se enteró de la tragedia por su manager, William Tenant, que fue llamado para identificar los cadáveres. El cineasta volvió inmediatamente a Los Ángeles en medio de la expectación general.



Tras quedar Garretson descartado la policía empieza a ponerse nerviosa, el crimen había atraído la atención no sólo del país sino del mundo entero y siempre que se conjugan un crimen misterioso, la ausencia de pistas y la excesiva publicidad los investigadores tienden a tirar balones fuera acusando al que tienen más a mano (y cierto matrimonio inglés que tuvo la mala idea de veranear en Portugal podría decir algo sobre eso).

Muy pronto el director es considerado sospechoso oficial. El hecho de que Jay Sebring, el ex-novio de Sharon, estuviese entre las víctimas, llevó a los investigadores a concluir que los crímenes podrían haber sido ordenados por el propio Polanski.

“Estamos barajando diversas teorías”, dijo un veterano detective de homicidios. “¿Quién sabe lo que un hatajo de polacos sería capaz de hacer?”.

Polanski se negó a hablar con la policía hasta después del funeral de Sharon, enterrada el 13 de agosto en el Cementerio de Holy Cross, en Culver City, con su hijo no nacido entre sus brazos. Luego fue sometido a extensos interrogatorios en los que no fue capaz de aportar alguna pista sobre el móvil del homicidio múltiple aunque negó varios rumores entre los cuales los de que su esposa fuera consumidora de drogas, una afirmación que también mantendría ante la prensa.



Al final la policía descartó a Polanski como sospechoso pero la prensa, ante la falta de cualquier indicio de solución del espectacular crimen, empezó a hacerse eco de las más disparatadas habladurías que pintaban una escena de drogas, orgías de sexo estrafalario y rituales de magia negra en Cielo Drive. Se mencionaban la cantidad de individuos estrafalarios a los que Polanski permitía pulular por la casa así como la turbia reputación de varias de las víctimas como Frykowski y Sebring.

El hallazgo de una tabla de ouija en la casa dio pábulo a rumores de brujería. Un periódico publicó varias fotografías de Sharon Tate aparentemente tomadas durante una misa satánica, pero después se demostró que correspondían al rodaje de “El ojo del diablo”. Sí es cierto en cambio que la actriz jugueteó en esa época con la magia blanca, siendo iniciada en el culto de Alex Sanders, el autoproclamado rey de los brujos de Inglaterra. Pero es dudoso que este hecho fuese otra cosa que la típica curiosidad sixties por cualquier clase de ritual exótico.



Paralelamente a todos estos hechos una oleada de terror se cernía sobre Hollywood. La prensa informó de que muchas estrellas estaban abandonando la ciudad, mientras otras instalaban en sus casas sistemas de seguridad. El escritor Dominick Dunne recordaba después que “las ondas de choque que atravesaron la ciudad superaron todo lo que yo había visto antes”. La gente estaba convencida de que los ricos y famosos de la comunidad estaban en peligro. Los niños eran enviados fuera de la ciudad. Se contrataban vigilantes. Steve McQueen llevaba una pistola cuando asistió al funeral de Jay Sebring.

Aquellos que no vivían en las colinas de Hollywood tampoco se sentían muy tranquilos, si algo así podía pasarle a las estrellas del cine ¿quién estaba a salvo entonces? En este caso ni siquiera se produjo la habitual cascada de confesiones falsas que suelen seguir a todo asesinato célebre, ni los más enfermos buscadores de publicidad querían quedar manchados por esa pintura.

Los únicos que no parecían impresionados eran los propios asesinos. De hecho tras escuchar la descripción hecha por Watson y las chicas, Manson había mostrado su descontento con el ataque a la residencia Tate. “Demasiado descuidado”, dijo, y decidió acompañar a la siguiente misión que tuvo lugar la misma noche del 9 de agosto.

En la expedición además de Manson repetían Watson, Atkins, Krenwinkel y Kasabian a los que se sumaron Steve Grogan (Rebautizado Clem) y Leslie Van Houten (Rebautizada Ouisch).




El grupo condujo hasta Waberly Drive, en la zona residencia de Los Feliz, a unos 15 kilómetros de Cielo Drive. Allí se erigía una gran mansión de estilo Tudor que Manson había visitado varias veces, pero escogió la casa de al lado porque estaba más aislada. Era el domicilio del matrimonio formado por Leno y Rosemary Labianca.



Watson y Manson entraron por la parte posterior en el domicilio familiar y encontraron a Leno adormilado en un sofá, rápidamente fue reducido y atado lo mismo que su esposa que se encontraba en el dormitorio. En ese momento Manson volvió al coche y ordenó a Krenwinkel y Van Houten que entraran en la casa.

A continuación Watson apuñaló a Leno 26 veces. En el dormitorio Van Houten sujetó a Rosemary mientras Krenwinkel la acuchillaba pero la dueña de la casa logró liberarse y trató de huir. Watson llegó corriendo, la derribó y la apuñaló hasta 41 veces. De vuelta al salón Krenwinkel cogió un tenedor de trinchar y se lo clavó al ya fallecido Leno en el estómago. Después le grabó la palabra “War” en el abdomen con un cuchillo. Además, como Atkins había hecho la noche anterior, dejó varios mensajes escritos con sangre en diversos lugares de la casa: “Rise” y “Death to Pigs” en las paredes y “Helter Skelter” en la puerta del frigorífico.




Por sorprendente que parezca en un principio nadie pareció relacionar dos crímenes tan aparentemente similares (excepción hecha de la relevancia social de las víctimas) y mucho menos conectar estos dos con el que había tenido lugar menos de un mes antes.

El 31 de julio, nuevo días antes de la masacre en casa de los Polanski, se asignó a dos inspectores de homicidios el caso de Gary Hinman, el primer crimen conocido de la Familia. El 6 de agosto estos dos policías fueron los que arrestaron a Bobby Beausoleil. Dos días después, ambos inspectores leyeron los detalles de la masacre que había tenido lugar en la casa de Sharon Tate: las coincidencias eran impactantes, pero Guenther y Whitely trabajaban para la oficina del sheriff del condado de Los Ángeles y el caso Tate estaba en manos de los sabelotodos del Departamento de Policía de Los Ángeles (la tradicional rivalidad entre los diferentes cuerpos de policía que se da en todos los países se eleva a la enésima potencia en los Estados Unidos debido a su compleja red de defensores de la ley) a quienes las elucubraciones de Whitely traían sin cuidado. El sargento Jess Buckles fue muy explícito: “Sabemos muy bien qué hay detrás de estos asesinatos. Son parte de una gran operación de tráfico de drogas”. Lo cierto es que en la casa se habían encontrado pequeñas cantidades de hachís, cocaína y marihuana pero lo raro hubiera sido que en alguna casa del Hollywood de 1969 no se hubiesen encontrado esas sustancias.

Así pues no se investigó a las extrañas amistades de Beausoleil y nadie quiso saber nada sobre ningún hippie trastornado pese a que los problemas con la ley de la Familia solían ser frecuentes.El mismo 9 de agosto Spanh Ranch había sido allanado por sospecha de robo de coches pero finalmente todos los detenidos quedaron libres.

Algo más tarde la involución de la Familia les había llevado a adentrarse todavía más en el Valle de la Muerte, en concreto en un área casi inaccesible denominada Barker Ranch.




Por esos andurriales transcurrieron otros dos meses con Manson y Familia empeñados aun en encontrar la puerta del paraíso. Manson determinó que uno de los portales de entrada estaba sumergido en un lago junto a la carretera 127, al otro lado del pueblo de Death Valley Junction, y Manson averiguó cuánto podía costarle drenar el agua, pero 33.000 dólares por el privilegio de un acceso directo era demasiado dinero, de modo que la Familia se dedicó a rastrear el desierto en busca de otra entrada.

Mientras tanto otros miembros de la Familia trabajaban en la construcción de atalayas y fortificaciones para defenderse ante la inminente llegada del Armagedon. Varios buggies robados llegaron cargados de reclutas, algunos de ellos fuertemente armados.

Por fin el 12 de octubre la policía del condado de Inyo volvió a invadir el cubil de la Familia por otro asunto de coches robados. Se arrestó a 26 miembros del grupo incluyendo al propio Manson cuya escasa estatura (medía apenas 1,58 metros de alto), casi evita que lo encuentren al esconderse en un armario, dividido por un estante horizontal, que había debajo de un fregadero.



Cuando los coches patrulla abandonaban la propiedad dando botes por el desierto, dos atemorizadas muchachas salieron de los arbustos, pidiendo ayuda a gritos. Huían de la cólera de la Familia y temían por sus vidas. Una de ellas Kitty Lutesinger, de 17 años, la ex-novia de Bobby Beausoleil, era buscada para ser interrogada acerca del caso Hinman.



Fue ella quien hablo por primera vez a la policía de la implicación de Susan Atkins en la muerte de Gary Hinman. En base a esa información se interrogó a Sadie que admitió haber ido a casa de Hinman con Booby, y les explicó cómo éste había matado al músico. Esta declaración de Atkins fue bastante confusa ya que también declaró haber asestado tres o cuatro puñaladas a un hombre en las piernas. Sin embargo, las de Hinman estaban intactas. Así que Susan debía referirse a otra persona. Los inspectores recordaron entonces que en el caso Tate una de las víctimas masculinas (Frykowski) había sido efectivamente apuñalado en las extremidades inferiores, pero una vez más el Departamento de Policía de Los Ángeles no pareció más interesado que antes por esta pista.

De este modo en un principio Atkins fue sólo procesada por el homicidio Hinman. Mientras esperaba su juicio por asesinato, Sadie fue enviada al Instituto Sybil Brand, una cárcel para mujeres en Los Ángeles. A comienzos de noviembre, empezó a hablar con sus compañeras de celda sobre su participación en la matanza. Mencionó una cantidad ingente de detalles truculentos sobre los últimos momentos de la vida de Sharon así como que tras matarla quiso arrancarle el feto de las entrañas para llevárselo como ofrenda a Manson, pero no tuvo tiempo de hacerlo. También dijo haber probado la sangre de la actriz.

Después admitió que había participado en los asesinatos de los La Bianca la noche siguiente. “Era parte del plan”, explicó. “Y aún hay más”.

Ante la atónita mirada de las otras reclusas, Atkins recitó la lista de celebridades que formaban parte de su lista de objetivos: Richard Burton y Elizabeth Taylor, Frank Sinatra, Steve McQueen y Tom Jones. Era importante seleccionar víctimas que impactasen al mundo, explicó.

Sadie había planeado grabar las palabras “helter skelter” en la cara de Elizabeth Taylor con un cuchillo al rojo vivo y después sacarle los ojos. A continuación castrarían a Richard Burton y pondrían su pene junto a los ojos de Taylor en un frasco y se lo enviarían a Eddie Fisher (el anterior esposo de la actriz).

Sinatra iba a ser despellejado vivo, mientras le hacían escuchar su propia música. Luego la Familia haría bolsos con su piel y los venderían en las tiendas hippies. A Tom Jones le cortarían el cuello, pero sólo después de haber sido obligado a practicar sexo con Atkins.

En algún momento a mediados de noviembre, una de las reclusas le contó a la policía la escalofriante historia que Sadie les había confiado. Todo había terminado.

7 Comments:

Blogger El Impenitente said...

Mi grado de insensibilidad debe ser ya brutal pues lo que más me ha llamado la atención es que Charles Manson era muy pequeñito.

Habría que ver lo que se cotizaría un bolso de la piel de Sinatra. Y no quisiera ser el que le abriese el correo de Eddie Fisher.

Y el plan del asesinato de Sinatra me ha dado una idea para cuando me encuentre cara a cara con Maná.

12:39 PM  
Blogger SisterBoy said...

Imagino que cuando le estuvieran despellejando la música que sonaría sería la de Under my skin ;D

12:56 PM  
Blogger 3'14 said...

que bestiaaaaaaaaaaaaaaa! Y la familia manson también.. :S

9:23 AM  
Blogger Slim said...

la policia, en este caso, no da muchas muestras de sagacidad, no? o me lo parece a mi?
el otro dia estaba viendo una peli de morgan freman que era policia, y salia por enesima vez el lio entre los federales, los locales, etc...y comentamos esto precisamente.habra alguien en EEUU que se aclare con las diferentes policias, cuerpos y jurisdicciones? yo creo que no.

en fin muy bonita historia.
pasalo bien este mes, que yo me voy ya de vacaciones!!.-

2:35 AM  
Blogger SisterBoy said...

Bueno no hay que irse tan lejos, aqui en España por ejemplo la rivalidad entre la Policía Nacional y la Guardia Civil es legendaria. En fin, que como casi todo en esta vida, este asunto es un asunto de pandillas.

Falta un capitulo de la historia, pero antes tengo que ocuparme de un asunto de cuernos

4:24 AM  
Blogger 3'14 said...

No me lo digas.. "ay ese toritoooo, ese torito braaavooo!!!" dale, dale, tengo ganas de opinar..que como con todo, es cuanto podemos hacer la mayoría de inmundes humanos...

1:04 PM  
Anonymous pig said...

tengo entendido q todo se aclaro x q el padre de tate se mezclo entre los hippies y traficantes de drogas y asi fue captando pistas, la policia de ultima!

5:54 PM  

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