Wednesday, December 30, 2009

Llegada a Plutón

La definición se ha convertido en un término de uso tan común que posiblemente haya perdido buena parte de su significado así que no viene mal preguntarnos, precisamente hoy, qué es eso que denominamos una “película de culto”. Para mí un filme que recibe este nombre debe cumplir varias condiciones: en primer lugar una película de culto jamás debe nacer con la idea predeterminada de serlo, las películas de culto no las hacen sus autores sino sus espectadores; en segundo lugar debe ser una obra de consumo necesariamente minoritario aunque tampoco debe ser concebido de forma deliberada para ello y por último una película de culto tendría que ser no sólo algo heterodoxo sino también algo que debe o debería crear escuela a partir de su nacimiento.



Posiblemente “Arrebato” la película que dirigió en 1980 Iván Zulueta (que ha fallecido en el día de hoy) podría cumplir con las dos primeras condiciones pero no con la tercera. La segunda y última obra del director donostierra no fue la base para crear nada, no tuvo ninguna influencia posterior y aunque haya sido muy admirada en el curso de los casi treinta años posteriores a su estreno no creo que se pueda mencionar ninguna película que haya seguido su estela. Podía haber sido nuestro “Al final de la escapada” pero terminó siendo nuestro “La noche del cazador”, esto es, un filme inclasificable, irresumible, indescriptible y, como se ha dicho, también irrepetible. “Arrebato” es sobre todo una experiencia personal y que por lo tanto sólo puede ser contemplada desde la fascinación o desde el rechazo y el desdén. Pero no es sólo una obra que tenga que ser vista necesariamente desde una óptica personal sino que también fue creada desde una visión tan personalista que llevó hasta sus últimos extremos el –también muy sobado- concepto de “cine de autor”.

La historia que se detalla en “Arrebato” parece una pavorosa premonición del destino que le aguardaba al propio Zulueta después de terminarla de tal modo que es inevitable vislumbrar la personalidad del autor desdoblada en los dos personajes principales de la película: el director de cine heroinómano al que da vida Eusebio Poncela y el histriónico y compulsivo operador de cámara vampirizado al que interpretó el efímero Will Moore. Después del estreno de la película Zulueta desapareció del mapa como si hubiera sido igualmente vampirizado, nunca volvió a dirigir nada si exceptuamos un olvidable episodio para la asimismo olvidable serie televisiva de José Luís Garcí “Historias del otro lado”. Su auto destierro en su San Sebastián natal se mantuvo casi invariable durante todos estos años que hoy han llegado a su fin añadiendo a su leyenda una aureola de malditismo (posiblemente también involuntario) que podría igualmente adicionarse a esa hipotética descripción de las características que debe tener una obra de culto.

Y para no traicionar las palabras con las que yo mismo he calificado la película (entre otras usé la de “indescriptible” e “irresumible”) no voy a extenderme sobre ella. Los que ya la hayan visto tendrán su opinión y los que no espero que aprovechen la ocasión para verla y puede que queden arrebatados, colgados en plena pausa, como alguien a quien le ponen delante un viejo cómic de “Las minas del Rey Salomón” o una muñeca animada de Betty Boop. O puede que se queden igual, como digo es una cuestión privada. Eso sí, tengan presente que contemplaran algo que nunca volveremos a ver al menos en lo que a nuestro cine se refiere, y más hoy, el día en el que el tren de Segovia a Madrid ha llegado por fin a Plutón.






9 Comments:

Blogger bolboreta said...

Yo he escogido otro momento de Arrebato para ilustrar la noticia. Se trata del final de la película y comento en alguna parte que se trata de uno de los finales más inquietantes dentro del cine que yo he visto (que siempre es tan poco...).
Me gusta lo que comentas para definir una película de culto. Siempre he creído que es una etiqueta que ha de ponerse a nivel personal (una película puede ser de culto para tí y para mí no) y en casos como éste es difícil. Lo habitual es sumarse al carro de la modernidad y afirmar que se trata de una genialidad, en ocasiones sin haberla vista siquiera.
Yo no sabría si tildarla de tal pero sí que puedo reconocer que se trata de un hito en la historia del cine español y que, de haber continuado en esta línea y con cortomoetrajes previos como Leo es pardo (1976), es posible que otro gallo nos estuviera cantando.

12:06 PM  
Blogger SisterBoy said...

Leo es pardo la vi hace muchos años a ver si la recupero que está completita en youtube.

Tampoco hay que olvidar 1,2,3 al escondite inglés fantasía pop nacional que sí podría decirse que es nuestro The knack y como conseguirlo

1:14 AM  
Blogger Armin Tamzarian said...

Gran cinta Arrebato, adicciones, sexo, el cine como arma destructiva física y psicológica, Poncela, Roth... cameo de Antoñito Gasset.

Una rara avis en nuestro cine y que descanse en paz el amigo Iván.

¿A parte de mí alguien más piensa que personaje de Will More cuando está en plan histriónico es una parodia de Almodóvar?

6:39 AM  
Blogger Ra está en la aldea said...

También había un programa llamado "El último grito" muy modernito para su época en la que hacía cosas ya Iván Zulueta.
Habiéndose muerto en estas fechas no se ha acordado de él, en los medios oficiales, ni el tato.

11:19 AM  
Blogger SisterBoy said...

En El País Almodovar (que hacía el doblaje del travesti novio de Moore en Arrebato) y Alex de la Iglesia hicieron una semblanza muy sentida.

12:19 PM  
Blogger Realice said...

¿Ha sido hoy tu cumple, Sister? ¿Llevo correctamente la cuenta?

:P

Si lo ha sido, date por felicitado. Y, si no, también porque aún eres un año más joven.

Besos.

3:13 PM  
Blogger SisterBoy said...

Sí, esta vez es cierto :)

2:02 AM  
Blogger 3'14 said...

Me he acordado de tu cumpleaños al ver la entrada del Impenitente... ¡Feliz cumpleaños y 1 día!

6:12 AM  
Blogger Slim said...

eso, para ti un muy feliz cumpleaños. y feliz entrada de año con retraso-

3:42 AM  

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