Sunday, April 12, 2009

Abecedario del Crimen. Capítulo XVII. Along came a spider



Una prostituta lleva a cabo su trabajo en las autopistas que cruzan el estado de Florida. Su sistema es hacer auto stop y luego proponer relaciones sexuales a los conductores que la recojan. Uno de ellos empieza a comportarse de forma violenta, la golpea y amenaza con matarla. La prostituta se revuelve, coge una pistola que suele llevar para su protección y mata al cliente.

Podríamos estar ante un caso de homicidio justificado. El problema es que Aileen Wuornos repitió esa forma de matar en seis ocasiones más y en todas ellas repitió igualmente el mismo pretexto: defensa propia.

Aileen Wuornos no es, por supuesto, la primera asesina de la historia. No es ni siquiera la primera mujer que mató de forma serial. Pero tradicionalmente las mujeres asesinas se habían limitado a ser cómplices más o menos necesarios de los crímenes cometidos por sus parejas sentimentales (como en el caso que describíamos en el anterior capítulo del Abecedario del Crimen). Y cuando mataban por su cuenta solían responder a los roles tradicionales de la viuda negra (como en el caso de Belle Gunnes, una especie de Landrú a la inversa que solía casarse con hombres adinerados para luego liquidarlos y quedarse con sus bienes)




o al de la ancianita con el jardín sembrado de cadáveres (como ocurrió con Dorothea Puente que alojaba en su pensión a vagabundos y alcohólicos a los que luego envenenaba).




En definitiva lo que hace el caso de Aileen diferente al de sus antecesoras es que fue la primera asesina en serie que mataba como un hombre.






Aileen nació en Rochester, Michigan el 29 de febrero de 1956. Nunca conoció a su padre (que se ahorcó en la cárcel) y su madre la dejo muy pronto al cuidado de sus abuelos originarios de Finlandia donde la vida no le fue muy fácil. Parece que fue objeto de abusos sexuales por parte de su abuelo y tal vez de su hermano, posteriormente trató de suicidarse disparándose un tiro en el estomago y por fin a los catorce años quedó embarazado de un niño al que dio en adopción.

Poco después abandonó el hogar familiar y empezó su carrera de prostituta y delincuente de poca monta. Después de dar muchos tumbos llegó hasta Florida buscando una vida mejor y por un momento pareció que la había encontrado cuando consiguió casarse con Lewis Fell, presidente del Club Náutico y 56 años mayor que ella. Sin embargo el inestable carácter de Aileen propenso al alcoholismo y a la violencia hizo que Lewis solicitara una orden de alejamiento y la anulación de la boda tan solo seis semanas después de celebrarse.



Ya instalada en Florida Aileen siguió ejerciendo la prostitución y cometiendo delitos por los que recibió diversas condenas no demasiado elevadas hasta que en 1986 tuvo un encuentro que cambiaría su vida. En un bar. de Daytona conoce a Tyria Moore una joven de 24 años hija de una sólida familia (al contrario que Aileen) de la que se enamoró perdidamente.



Las dos mujeres formaron la típica pareja de amor fou en la que Aileen hacia el rol del macho encargándose además de mantener a Tyria. Las dos mujeres iniciaron una relación salpicada de alcoholismo, marginalidad y numerosos tropiezos con la ley. Aileen empezó a ser conocida en los bares de moteros que frecuentaba como “la mujer araña” por su afición a vestirse con ropas de cuero negro. Teniendo en cuenta lo que sucedería después resultó un apodo de lo más premonitorio.

Pasaron dos años en los que Aileen siguió ejerciendo la prostitución aunque, después de alguno que otro incidente desagradable, decidió llevar consigo una pistola del calibre 22 para protegerse.




El 30 de noviembre de 1989 Aileen subió al coche de Richard Mallory un reparador de televisores que en el pasado había purgado diez años de cárcel por intento de violación. Según el testimonio de Wuornos (única superviviente del incidente) “Me puso una soga alrededor del cuello y me dijo Vas a hacer todo lo que te diga, zorra, porque si no después te mataré como a las otras.” Mallory la amenazó con violarla después de muerta y empezó a ahorcarla. Después de pegarle vertió alcohol medicinal en las heridas sangrantes. En ese momento Wuornos se soltó, alcanzó el arma y mató a Mallory de un tiro.




A partir de este momento es cuando empiezan las zonas oscuras de este caso. Es posible que Aileen dijera la verdad sobre todo lo sucedido con Mallory (sobre todo teniendo en cuenta los antecedentes del hombre) y que por lo tanto el crimen no fuera premeditado pero en aquellos momentos no hay que olvidar que en Aileen convergían varias circunstancias que la hacían proclive al homicidio. En primer lugar seguía esforzándose al máximo por mantener dignamente a su amante y necesitaba complementar de alguna manera lo que ganaba con la prostitución, en segundo lugar la mujer tenía un amplio historial de conducta violenta e irascible. Además Aileen sentía un enorme resentimiento por los hombres que en el pasado la habían violado, golpeado o abandonado. Si a todo esto unimos que es muy posible que la conducta de Mallory fuera la que describió Aileen hay que concluir que se daban circunstancias favorables para que aquél día se cometiera un asesinato.

Matar a un violador en defensa propia puede ser cuestión de mala suerte, pero matar seis veces más suena a intencionado. Lo más probable es que Aileen después de haber cruzado el punto de no retorno decidiera que una forma fácil de conseguir dinero era, simplemente, liquidar a sus clientes y luego desvalijarles. Después de una vida de marginación y abusos los escrúpulos morales no significaban nada para ella y tampoco sentía demasiada empatía por los individuos que solían recogerla en las autopistas.

En el plazo de un año otros seis hombres aparecieron muertos. Todos eran blancos de mediana edad y habían sido liquidados por múltiples impactos de una pistola del calibre 22 en las cercanías de carreteras y autopistas de Florida.



Los crímenes son cometidos de forma descuidada, dejando atrás numerosas pistas incluyendo los objetos personales de las victimas que eran vendidos por Wuornos sin ninguna clase de precaución.

La policía empezó a atar cabos a partir de algunos testimonios que relataban haber visto a las víctimas en compañía de una y a veces dos mujeres por lo que empezaron a su investigación sobre la base de que había dos asesinas implicadas. Una llamada anónima les pone en la pista de Tyria Moore que no duda en traicionar a su amante y proporcionar pruebas suficientes a la policía sobre los crímenes cometidos incluyendo una serie de conversaciones telefónicas grabadas en las que Wuornos hablaba sobre lo que había hecho.



Moore era para Aileen objeto de veneración, quizá la única persona a quien había amado y su traición hizo que se derrumbara. Tras su detención confesó los siete asesinatos. Tyria gracias a su colaboración no fue nunca acusada de ninguno de los crímenes a pesar de que es seguro que estuvo presente en varios de ellos.

Durante el proceso Wuornos insistió en el alegato de defensa propia, argumentaba que durante su actividad como prostituta había tenido relaciones con cientos de hombres a los que no había causado daño y que había matado a esos siete precisamente porque habían querido atacarla. La mayor parte de la gente sólo tiene que enfrentarse una vez en su vida al hecho de defenderse contra una agresión grave pero una prostituta alcohólica posiblemente tienen que vérselas en ese trance más de una vez así que el argumento, aunque poco consistente, no dejaba de tener su lógica.

Para entonces la fama de Aileen como primera asesina en serie de la historia (una fama que incluso llegó hasta nuestro país puesto que recuerdo perfectamente haber leído sobre el caso en los periódicos nacionales) crecía de forma espectacular y cuando eso sucede en un país como los Estados Unidos empiezan a pasar cosas sorprendentes.

Una criadora de caballos reconvertida al cristianismo llamada Arlene Pralles se dejó conmover por el alegato de Aileen y termino adoptándola. “Aileen –opinó Pralles- es una mujer bella, muy bondadosa, compasiva, con un corazón de oro”. Con el apoyo de Pralles, Aileen sintió por fin que alguien cuidaba de ella y decidió contratar a un nuevo abogado, Steven Glazer un individuo un tanto peculiar que no tenia demasiada experiencia en casos tan graves y que antes del juicio solía anunciarse en televisión con el seudónimo de “Mister Legal” (Glazer es el de la izquierda)




Entretanto quince productoras de Hollywood se disputaban ya la sensacional historia y Glazer empezó a actuar como agente de Pralles; para empezar ésta recogió un treinta y tres por ciento de derechos sobre cada ejemplar de On a killing day uno de los primeros libros que se escribieron sobre el tema.

Siguiendo el consejo de su nuevo abogado y de su madre adoptiva Aileen abandonó el alegato de defensa propia en tres de los casos por los que se la acusaba. Pralles se entusiasmó: “En nuestro estado hay pena de muerte. ¿Por qué no ponernos ese objetivo?. ¡Guau! Quiero decir que en pocos años Aileen podría reunirse con Jesús”. Por supuesto en este caso la película sobre la que se negociaban los derechos sería aun mejor.

En sus raros momentos de lucidez Aileen se quejaba de la conspiración que tenía lugar a su alrededor. “Me han etiquetado como primera asesina en serie para publicar titulares más grandes y hacer una película mejor. Y se ha ocultado el elemento de defensa propia”. Wuornos dudaba seriamente de que el suicidio legal que seguían promoviendo Glazer y Pralles fuera un camino sensato. “Creo de veras que su meta principal es que yo muera. Arlene no me adoptó para hacer de madre: me adoptó para enterrarme y de ese modo facilitar las cosas. Lo que ella y Glazer quieren es ganar pasta, ellos me convencieron de que no objetara los cargos. Arlene insistía en que si no me sentenciaban se quedarían sin historia para la película”. Agregó que habían llegado a sugerirle que se matase para que el final fuera más conmovedor. Toda esta sorprendente historia fue recogida en el documental “Aileen Wuornos. The selling of a serial killer” del director Nick Broomfield quien también tuvo que pagar diez mil dólares a la pareja de buitres.


Con este panorama no es de extrañar que la suerte del juicio estuviera echada. En una serie de procesos que tuvieron lugar en el año 1992 la mujer araña recibió seis condenas a muerte. En uno de estos procesos Aileen estalló de rabio y le dirigió al ayudante del fiscal estas palabras literales "I hope your wife and children get raped in the ass!”. (minuto 2.20 del vídeo)




De todos los estados de la unión el segundo menos recomendable (después de Texas) para ser condenado a muerte es sin duda Florida, aun así pasaron diez años en medio de las habituales apelaciones automáticas hasta que se cumplió la sentencia. Los últimos días de la vida de Aileen fueron registrados de nuevo por Nick Broomfield incluyendo la última entrevista concedida por la mujer el día antes de su ejecución, en ella Aileen parecía haber perdido completamente el poco juicio que le quedaba. Broomfield trató de conseguir de ella alguna declaración de arrepentimiento pero ella estaba demasiado inmersa en sus fantasías y se pasó toda la entrevista hablando de una supuesta conspiración de la policía que no había querido detenerla antes para que limpiara de pervertidos las autopistas de Florida.




El 9 de octubre de 2002 Aileen Wuornos fue ejecutada por medio de inyección letal. Sus ultimas palabras fueron “Sólo quiero decir que estoy navegando con el rock y regresaré como en El Día de Independencia con Jesús, 6 de junio, al igual que en la película, grandes naves nodrizas y todo. Regresaré..."

Sólo por ser la primera mujer en recibir la calificación de “asesina en serie” Aileen ya merecería figurar en la historia negra de su país. Pero además de eso, en su caso ocurrió algo más. Aileen tanto durante su vida como después de ella tuvo una verdadera legión de seguidores (cuya presencia es detectable en cualquier foro de Internet en donde se trate el caso como podrán comprobar si se toman la molestia). No se trataba únicamente de los típicos tarados que siguen siempre la estela de cualquier criminal famoso, ni tampoco de los habituales activistas en contra de la pena de muerte. Para muchas personas, especialmente mujeres, Aileen se convirtió en un símbolo de la rebelión violenta en contra de la dominación masculina. Muchas gente creyó a pies juntillas las dudosas explicaciones de la asesina respecto a la justificación de sus crímenes, incluso para una parte del feminismo radical el simple hecho de las victimas fueran clientes del negocio de la prostitución ya era razón suficiente para matarlas. En todo caso el largo historial de abusos sufridos por Aileen a manos de lamentables ejemplares del género masculino la convertían en alguien cuyas acciones podían ser si no justificadas sí comprendidas.

Resulta algo perturbador que personas en apariencia normales puedan expresar solidaridad o al menos simpatía por alguien que ha matado de forma tan fría y reiterada. Esto me recuerda al célebre caso de Lorena Bobbitt, la mujer que cortó el pene de su marido maltratador en un ataque de rabia posterior a una de sus palizas. Lorena también recibió comprensión por parte de mujeres de toda clase y condición (incluida una conocida columnista española que calificó la mutilación literalmente de “justa”). Otro caso que me produjo iguales sensaciones fue el de O.J. Simpson al conocer que muchos ciudadanos afroamericanos celebraron la absolución del presunto asesino pese que todos ellos estaban convencidos de su culpabilidad.

Como creo que he dicho alguna vez por aquí, mi condición de hombre, blanco y occidental (excepto si decidiera viajar a los Estados Unidos donde ya no sería un hombre blanco sino un hispano no portorriqueño) me sitúa en la posición de alguien que jamás ha sido victima de marginación o discriminación por los motivos habituales. Alguien como yo difícilmente podrá ponerse en la piel de una persona perteneciente a otra raza o género que sí ha sufrido y sigue sufriendo discriminación a lo largo de la historia. Quizás si fuera capaz de hacerlo podría comprender la rabia de siglos de sumisión a la condición de victima y celebraría el hecho de que, con razón o sin ella, alguien decidiera invertir los roles y ejecutar una venganza milenaria.

Tal vez por eso las hazañas de Wuornos merecieron un biopic protagonizado por una estrella de Hollywood que incluso recibió un oscar por su trabajo, algo que sería dudoso que ocurriera en el caso de que se llevara a la pantalla la vida de un asesino en serie masculino (ya no estamos en los tiempos de “El estrangulador de Boston”). Me refiero como habrán podido adivinar a la película “Monster” en la que Charlize Theron interpretaba a la mujer araña y Cristina Ricci a su amante.



Pero quizás otorgar a Aileen Wuornos la condición de campeona de la causa de la liberación de la mujer sea algo demasiado pretencioso. Al igual que muchos de sus (masculinos) colegas criminales Aileen encaja más en la definición que de ella hizo uno de los policías que la arrestaron: “Es una criatura patética”.





P.D. Parte del material gráfico de esta historia ha sido obtenido con el consentimiento de los responsables del blog “Escrito con sangre” y quisiera expresar mi agradecimiento por ello.

21 Comments:

Blogger Unknown said...

No sé si te lo dije, pero que sepas que ya puedes leer en castellano

La mala mujer, sobre Enriqueta Martí, la vampira de Barcelona.

Material tienes para rato para el blog.

4:04 PM  
Blogger SisterBoy said...

Genial, dime donde puedo encargarlo.

12:15 AM  
Blogger Mery said...

Siempre he pensado que a la Theron le dieron el oscar por engordar y afearse, no por el personaje en sí.
PS: la peli no me gustó.

2:17 AM  
Blogger SisterBoy said...

La película no pasaba de ser un correcto telefilme (no muy diferente del que también se hizo en su día sobre el caso) con el único aliciente de ver a una guapa transformada en fea, uno de esos papeles agradecidos que ya vienen con el Oscar bajo el brazo.

Yo recomendaria más bien ver los documentales de Nick Bromfield

5:37 AM  
Blogger El Impenitente said...

Aileen justifica la existencia del ministerio de la Igualdad.

No sé por qué me da que "Escrito con sangre" es tu blog favorito.

El tema de que pertenecer a una minoría o a un colectivo vejado históricamente sea un eximente es muy discutible. Un homosexual que roba es un ladrón. Eso me recuerda cuando, no hace mucho, en el Reino Unido no sé qué perrerías hizo un hindú o un pakistaní a su hija por no querer casarse con quien él quería. Surgieron voces diciendo que a ese hombre no había que juzgarle de acuerdo a las leyes británicas sino de acuerdo a su cultura y sus costumbres. Se impuso la cordura, pero eso sólo demuestra que la estupidez humana es como la entropía y el universo, que siempre se está expandiendo.

Y, una vez más, ¿qué quieres que te diga? Eres un fenómeno. Enhorabuena.

11:10 AM  
Blogger SisterBoy said...

En realidad descubrí "Escrito con sangre" buscando material gráfico para la historia pero qué duda cabe de que ya forma parte de mi bookmark

Mis sentimientos con respecto a la ira de las minorias es similar al tuyo pero que duda cabe de que eso responde a que nosotros NO somos minoria o eso es lo que se me ocurre pensar en estos casos.

1:23 PM  
Blogger Unknown said...

SB, "La mala mujer" debería estar en cualquier librería o almenos en cualquier sitio tipo FNAC/Corte Inglés/Casa del Libro.

11:35 PM  
Blogger SisterBoy said...

Bueno al menos Corte Inglés sí tenemos (no llega a tanto la ultraperiferia) así que en cuanto pueda me paso por allí. Ya te lo mandaré para que me lo dediques

5:38 AM  
Blogger Ra está en la aldea said...

Qué angustia, no tenía ni idea de esa parte tan interesante del caso, la de las aves de rapiña en torno a la pobre chiflada.
Muy de acuerdo con lo que dices sobre las minorías y el cómo extrañamente todo es susceptible de ser manipulado y remanipulado, los culpables se vuelven víctimas y, como decía José Luis Perales "hay que ver cómo es el amor, que vuelve a quien lo toma gavilán o paloma".

7:43 AM  
Blogger El Impenitente said...

O Pablo Abraira, que cantaba "y se marchó, y a su barco le llamó Libertad".

9:25 AM  
Blogger Fernando J. López said...

Te pienso pasar las facturas que me cuesta el insomnio tras leer estos posts... Escalofriantes pero adictivos...

12:23 PM  
Blogger SisterBoy said...

Ra, precisamente creo que uno de los fallos de Monster era que ignoraba precisamente una de las facetas más interesantes de la historia para limitarse a ofrecer un telefilme normalito (¿Tú no estabas en los dublines?)

Cinephilus tus articulos sobre la educación en España causan el mismo efecto en mí así que estamos en paz :)

1:53 PM  
Blogger 3'14 said...

Cuando las víctimas se convierten en verdugo debemos dejar de ser comprensivos con las causas y las desgracias que les hayan sucedido hasta llevarlos a ese camino sin retorno que significa, como comentas el asesinato. Una cosa es un homicidio sin tentativa en defensa propia y otra muy distinta lanzarse de cabeza a los crímenes en serie. Por enajenación mental que uno sufra, y esta mujer estaba claramente perturbada, no es justificable.

2:04 PM  
Blogger 3'14 said...

Aunque debo admitir también que, por unos instantes fugaces, una vocecita interior me dice que de vez en cuando no está mal que les den una lección a más de un machito que anda por ahí con demasiada impunidad, por mi condición de mujer vulnerable a posibles ataques de hombres que se creen con el derecho de obtener cuanto se les antoja por una ley natural de posesión de la fuerza física. Pero vuelvo en mí, y en seguida me digo que la violencia no genera más que violencia. Así que sí, cierta empatía podría sentir por Aileen tras su primer crímen, por el resto no.

2:13 PM  
Blogger SisterBoy said...

Bueno Pi, en el caso de Wuornos, esos "instantes fugaces" se convertían en mommentos permanentes.

Todos en alguna ocasión nos hemos sentido con deseos de matar durante al menos medio segundo, la gente como Aileen se siente así continuamente.

Pero gracias Pi, el tuyo es el tipo de comentarios que estaba buscando :)

2:34 PM  
Blogger Escrito con Sangre said...

SisterBoy: felicidades, visité tu blog y me gustó bastante.

Un saludo sangriento desde México.

6:18 PM  
Blogger SisterBoy said...

Otro saludo sangriento desde España y gracias de nuevo

11:18 PM  
Blogger Unknown said...

Me esmeraré con tu dedicatoria!

12:22 AM  
Blogger JRB said...

Todo eso de navegar con el rock y volver en naves nodrizas me ha calado hondo. No pensaba que tendría tanto en común con esta mujer.

En cuanto a "Monster", nunca la ví, pero las escenas que pillé al azar en la tele me parecieron un petardo, con una Charlize Theron sobreactuadísima a la que le dieron el oscar únicamente por ser guapa y maquillarse de fea.

7:35 AM  
Blogger SisterBoy said...

Más o menos lo que hizo Nicole Kidman (salvando las distancias que ponga cada uno) cuando se puso una nariz de papa en "Las horas"

10:10 AM  
Anonymous Anonymous said...

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5:05 AM  

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