Friday, June 27, 2008

ABECEDARIO DEL CRIMEN CAPITULO XIII EL FOTOGRAFO DEL PÁNICO


“El fotógrafo del pánico” ( "Peeping Tom" es su título original) es una prestigiosa película del año 1960 dirigida por Michael Powell y que junto con “Psicosis” (estrenada el mismo año) constituye la piedra angular de todos los pyscho-thrillers posteriores. La obra de Alfred Hitchock está basada en el libro homónimo de Robert Bloch que a su vez se inspiró en el caso real del asesino Ed Gein.

“Peeping Tom”, como recordaran los que la haya visto, es la historia de un fotógrafo perturbado victima de terroríficos abusos en su infancia cuya obsesión es captar mediante su cámara el terror de sus victimas ante la muerta inminente. Aunque el guión original no está en un principio basada en ningún hecho real muchos piensan que el argumento tiene algo que ver con la verdadera historia de Harvey Murray Glatman que había tenido su dramático final apenas un año antes de que el guión fuera escrito.

Glatman era poseedor de un aspecto físico bastante poco amenazador. La mitad inferior de su rostro ostentaba una ligera hinchazón que lo asemejaba a un mono, lo cual, unido a sus orejas dignas de Dumbo, le confería un aspecto no demasiado atractivo pero sí decididamente inofensivo y puede que ahí radicara parte de su “éxito” a la hora de atraer a sus victimas. Me refiero a que quizás muchas mujeres sintieran aversión a marcharse con alguien con este aspecto.



Pero quizás no tuvieran tantas prevenciones con alguien con esta cara de pánfilo



Glatman nació en 1928 en Denver, Colorado. No era una persona demasiado popular en el colegio aunque sobresalía como estudiante merced a un coeficiente intelectual de 130. Ya desde muy niño empezó a mostrar una conducta extravagante. A la edad de doce años sus padres descubrieron unas extrañas marcas en su cuello. Interrogado por ello el muchacho acabó confesando que se había dedicado durante varios días a subir al desván para practicar la peligrosa técnica masturbatoria del auto estrangulamiento para lo cual se había atado una cuerda alrededor del cuello.

Cinco años más tarde los arrebatos de Glatman adquirieron un tono más antisocial aún cuando inició una cadena de arremetidas contra el sexo opuesto que consistían en arrebatar el bolso a las muchachas de su pueblo para luego tirarlo sin mirar su contenido, su madre decía que era su forma de hacer amigas. Esto fue evolucionando hasta obligarlas a desnudarse a punta de pistola, aunque de juguete. Finalmente, una cadena de robos-ya con auténticas armas de fuego- a mujeres en Nueva York lo llevó a pasarse cinco años en Sing Sing.




Puesto en libertad en 1951, se trasladó a Los Ángeles, donde su madre le montó una tienda de reparación de televisores.

Al poco tiempo Glatman se unió a un club de fotografía debido a la excitación que le producían las modelos desnudas en las sesiones de estudio. En julio de 1957 el hombrecillo tocó a la puerta de un apartamento ocupado por tres jóvenes modelos en Sweetzer Avenue, dijo llamarse Johnny Glynn, fotógrafo profesional y preguntó por Lynn Lykles una modelo cuyo nombre y dirección había conseguido en una agencia. Pero una vez dentro cuando el falso fotógrafo de modas vio en la pared el retrato de Judy Dull de diecinueve años, otra de las habitantes de la casa, se olvidó por completo de su objetivo inicial.



Dos días más tarde cuando las tres compañeras de piso estaban desayunando el tal Johnny Glynn se presentó de nuevo. Tenía un encargo urgente y quería que Judy posara para él aquella misma tarde. A pesar del aspecto desaliñado del hombre Judy aceptó marcharse con él a su apartamento. Una vez allí, Glatman le pidió que se cambiara de ropa y se vistiera con una rebeca de punto y una falda plisada. Luego sacó una cuerda y le explicó que el trabajo consistía en unas fotos para la portada de una revista de detectives, un tipo de publicación que proliferaba entonces y que se caracterizaban por llevar siempre en portada la imagen (en dibujo o en fotografía) de alguna dama en apuros.




Para hacer la foto Glatman dijo que tenía que atarla y amordazarla. Judy volvió a acceder en la última de una cadena de malas decisiones.



Cualesquiera que fuesen sus intenciones originales, Glatman perdió el control. Le arrancó la ropa, le apuntó en la cabeza con una pistola y la violó dos veces. Tras pasar el frenesí inicial Glatman se dio cuenta del lío en el que se había metido. Si la muchacha le denunciaba sus antecedentes podrían llevarle de nuevo a la cárcel y esta vez por mucho tiempo. No parecía que hubiera alternativas. Glatman metió a Judy en su coche y condujo 200 kilómetros internándose en el desierto hasta las proximidades de Idaho. Allí le tomo las últimas fotos y luego la estranguló. Una vez sólo con el cuerpo, le pidió perdón (aunque no olvidó llevarse los zapatos de la muerta como recuerdo) y regresó a Los Ángeles sintiendo asco de sí mismo, a esperar a que lo arrestaran.

Pero no ocurrió nada. El marido de la modelo (del que estaba separada y con el que tenía una hija de catorce meses) había denunciado la desaparición al día siguiente. La policía inició una pesquisa e incluso los periódicos se hicieron eco de la noticia pero una vez que se comprobó que el tal Jonhnny Glynn era un impostor no hubo forma de seguir con la investigación. El cadáver de Judy apareció cinco meses más tarde en tal estado que no pudo ser identificado.

Así pues ningún policía llamó a la puerta de Glatman. Con el tiempo el pánico y los remordimientos comenzaron a transformarse. Reveló las fotografías y les echo una furtiva mirada. Luego colgó ampliaciones en las paredes.

La primavera siguiente Glatman estaba nuevamente preparado para matar. Se apuntó a un club de corazones solitarios con su nueva falsa identidad, la de un tal George Williams. El 8 de marzo de 1958 Shirley Anne Bridgeford de 24 años, una madre divorciada por partida doble, quedó citada con él. Cuando Glatman acudió a la cita la mujer comprobó que no era precisamente el hombre de sus sueños pero una vez más el inofensivo aspecto del alfeñique no le causó temor y la mujer se resignó a acompañarle en su coche. Esta vez, el maniaco se dirigió directamente al desierto donde volvió a repetirse la escena que tuvo lugar meses atrás con su primera victima incluyendo la macabra sesión de fotos.




Tras matar a Shirley ni siquiera se molestó en enterrar el cadáver como había hecho la primera vez (aunque no de una forma muy eficiente) sino que simplemente cubrió el cuerpo con un poco de maleza. Luego se marchó llevándose de nuevo como trofeo los zapatos de la joven. La desaparición de Shirley también fue denunciada pero como la vez anterior las investigaciones no desembocaron en nada productivo. De todas maneras la policía empezaba a sospechar que las dos desapariciones estaban relacionadas.

Entre el primer y el segundo asesinato transcurrieron casi siete meses. Como suele ocurrir en estos casos el deseo de volver a matar se hacía cada vez más imperioso y Glatman tardó esta vez sólo cuatro meses en volver a la carga y una vez más se sirvió de los anuncios por palabras para conocer a su siguiente victima. Se trataba de Ruth Mercado de 24 años actriz de strip-tease y modelo nudista cuyo nombre de guerra era “Ángela”. La tarde del 23 de julio Glatman estaba llamando a su puerta.

De nuevo el maniaco logró colarse en el apartamento (donde Ruth vivía sin más compañía que un perro y un par de periquitos) y tras amenazar a la mujer con su pistola inició una nueva excursión al desierto. Pero esta vez (y esta es otra de las características de los asesinos seriales) Glatman quiso dilatar aún más la experiencia y pasaron casi 24 horas entre el momento del rapto y la muerte de Ruth, durante ese tiempo se llevó a cabo una especie de pic nic mortal en el que tampoco faltó la habitual sesión fotográfica. Glatman llegó a sentir cierta empatía por Ruth e incluso (siempre según sus propias palabras) pensó en dejarla marchar pero una vez más se dio cuenta de que no había vuelta atrás posible. En esta ocasión, fue la ropa interior lo que se llevó de recuerdo.



En septiembre le tocó el turno a otra modelo, Joanne Arena. Cuando Glatman (oculto en esta ocasión bajo el nombre supuesto de Frank Johnson) le ofreció un empleo como modelo fotográfica, ella pensó que su estilo era “horripilante”. Pero una amiga suya, Lorraine Vigil, necesitaba el dinero.



Lorraine trabajaba de secretaria, pero estaba decidida a introducirse en el mundo de las modelos. Cuando el fotógrafo apareció por su casa vestido como si hubiera dormido con la ropa puesta, como en él era habitual, la mujer se sintió bastante decepcionada pero no puso objeciones a irse con él.

La pareja se dirigió en coche hasta una carretera oscura y apartada cerca del pueblo de Tustin donde tras parar el coche Glatman sacó de nuevo su pistola pero esta vez las cosas fueron diferentes. Lorraine trató de saltar del coche y Glatman quiso impedirselo, los dos cayeron sobre la calzada, Lorraine mordió a Glatman en la mano y éste se vio obligado a soltar la pistola. Ella la cogió y estaba a punto de disparar a su atacante cuando en ese momento la escena fue alumbrada por los faros de un policía. La mujer contó lo que había pasado y Glatman no lo negó ni intentó huir. Conducido a comisaría confesó su verdadera identidad. El registro de su casa reveló las inquietantes fotos que han ilustrado esta historia y muchos otras más. Glatman confesó de plano y llevó a la policía al lugar donde se hallaban los cadáveres de Ruth y Shirley.

El asesino repitió su confesión en noviembre de 1958 ante el Tribunal de San Diego. Glatman se negó a declararse loco a pesar de los consejos de su abogado y tampoco quiso apelar la sentencia. Daba la impresión de estar impaciente por terminar de una vez con su patética existencia. Fue ejecutado el 8 de agosto de ese mismo año en la cámara de gas del penal de San Quintín.




Glatman fue un hombre adelantado a su tiempo, porque la idea de poner anuncios en los periódicos con el fin de entrar en contacto con mujeres para propósitos criminales era nueva por aquel entonces. Además la extraña confesión de Glatman es uno de los primeros documentos de la mente de un asesino en serio que se posee. En primer lugar Glatman estaba convencido de que sí una mujer estaba dispuesta a quitarse la ropa por dinero estaba invitando a violarla y por lo tanto las violaba. También, como ocurre con muchos otros asesinos, Glatman se irritaba cuando una mujer trataba de controlarlo como por ejemplo, cuando alguna de sus victimas decía que no contaría a nadie nada sobre las violaciones. Esto le enfurecía lo suficiente como para matarla. De todos modos, y como suele ocurrir también, los verdaderos motivos de una conducta tan perturbada siempre serán un misterio.

Aparte de eso Glatman mató sólo en tres ocasiones lo que no le coloca en un puesto demasiado destacado y posiblemente hubiera caído en el olvido de no haberse conservado en el tiempo los testimonios gráficos de sus fechorías (que seguramente hoy en día jamás hubieran visto la luz). Y ni siquiera podemos decir que se traten de fotos demasiado espeluznantes, de no saber la historia real posiblemente pensarían que se trataban de simples instantáneas pertenecientes a alguna vieja revista de detectives de los cincuenta como esas para las que Glatman decía trabajar. Pero ahora que conocen lo que pasó ya no es posible verlas de esa manera ¿verdad?.


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22 Comments:

Blogger Unknown said...

Sisterboy, dedícale un capítulo del crimen a esta señora de aspecto enjuto: Enriqueta.

Así de paso me haces un poco de promo de la novela.

9:58 AM  
Blogger SisterBoy said...

Gasp, la autentica sacamantecas. Lei algo de ella hace un tiempo y también le dedicaron un tiempo en el programa de Iker Jimenez. No creo que venga en el Abecedario original pero buscaré un caso parecido pero no hace falta nada de eso para hacer publicidad de tu libro, para eso tienes las puertas de mi casa abiertas :)

10:19 AM  
Anonymous Anonymous said...

Nos presentáis dos casos de asesinos confesos que poco tienen el común, salvo que matan con premeditación, nocturnidad y alevosía. Ambos son casos dispares, merecedores de un análisis por separado. Del segundo (la mala malísima del libro) hay que echarle de comer aparte. (Marc Pastor, intentaré fer-me amb el teu llibre i llegir-lo). Será interesante debatir en torno a este personaje. Vaya por delante, que no hay nada (de lo que he leído hasta hora) que me acerque a él. Tal es el grado de su monstruosidad.

Con respecto a Glatman, tal y como dices Sister, hay en sus gestos un halo de bondad que lo acercan a la consideración más de víctima que de verdugo.

1-De nuevo aparece la madre en el relato, poniendo bajo sospecha su relación con el hijo. Momentos claves y que recoges:

a) Al parecer poco o nada le hablaron sobre la sexualidad, menos sobre como darse placer sin recurrir a la asfixia.
b) Considerar la mami, que arrebatar el bolso a sus dueñas, teniendo éste 17 años, era una manera de hacer amigas. La pregunta que me hago, es cómo debió de considerar la madre, el hecho de que apuntando a sus víctimas con un arma de fuego, las obligara a desnudarse. En su exculpación, pensaría que una manera de hacer novias.
c) Puesto en libertad, a los 23 años, la mami le pone una tienda de reparación de televisores. Si algo caracteriza a estas tiendas es su similitud con la fotografía y la decoración de paredes. Hecho al que recurre para atrapar a sus víctimas y dejar constancia.

Independientemente de los condicionantes biológicos y sicológicos que Glatman pudiera tener para realizar sus crímenes (cosa que, verdaderamente, es un misterio) la aparición de la madre en tu narración, parece no haber ayudado en la inteligencia emocional del niño, declarado superdotado.

2-La cuerda como objeto recurrente, ya desde sus 12 años. Echándole literatura al tema (algo que para mi es puro juego y por lo tanto, placer) la soga es símbolo de ligazón y conexión. “La cuerda anudada, en el sistema jeroglífico egipcio, significa nombre. Varios signos en forma de nudo, lazo, cinturón, corona, etc.…; tienen relación con el nombre por ser el nudo símbolo de la existencia individual. La cuerda de plata que aparece en el símbolo hindú, en la enseñanza védica, concierne a un sentido más hondo de ligazón, pues se refiere al camino interior y sagrado que une la conciencia exterior (intelectual) del hombre a su esencia espiritual. La cuerda, bajo el aspecto de cordón, reviste un significado principalmente social, lo mismo que los collares.”

*Texto extraído de “Diccionario de símbolos” de Juan Eduardo Cirlot

Independientemente, de que algunos se crean más o menos estas interpretaciones (yo personalmente doy un gran valor a la semiótica), nuestro Glatman parece apreciar las imágenes visuales en la que los símbolos, la metáfora, la imagen poética de la realidad juega un papel esencial.

¿Habrá detrás de cada cuerda utilizada por Glatman un esfuerzo desesperado de atrapar a la madre y “matarla” liberándose (no sabemos de qué)?

El asunto, sigue siendo literario hasta cuando atrapan al asesino. Los focos de luz del coche de policía alumbran la escena, lo mismo que en una sala de parto. De la oscuridad nacemos, bajo el grito desesperado de la evidencia. Nos es de extrañar la confesión y resignación de Glatman. No se declara loco ni apela a la sentencia. Muere en la cámara de gas, cerrando el círculo de la asfixia y la cuerda, mucho más en consonancia con su vida, que la muerte por inyección letal.
Imaginemos la última fotografía. Glatman es conducido hacia la cámara de gas con las manos esposadas (como sus víctimas). A diferencia de sus modelos, él sabe que va a morir y que es culpable de sus actos.

Como decía Tomas Tranströmer: “Cada hombre es una puerta entreabierta que conduce a una habitación común a todos.”

Un saludo, sister

(Perdón, por la extensión del texto)

3:39 AM  
Blogger SisterBoy said...

En la bibliografia que he consultado sobre el tema se hace referencia a Glatman literalmente como "un niño de mamá" y desde luego las puntuales apariciones de la dama en el relato son más que significativas.

Y en cuanto a la cuerda hay un pasaje que no inclui en la entrada original que dice también literalmente así:

"Harvey Glatman pertenecía a ese extraño grupo de enfermos mentales a los que les encanta las cuerdas. Parece ser que el motivo de este apego era el sentido de inferioridad que le atormentaba. Estaba convencido de que ninugna mujer normal le encontraría atractivo. Desde muy niño, Harvey soñaba con maniatar a las mujeres, y finalmente, la simple visión de una cuerda se transformó en algo seductor y excitante. Más tarde admitió que hasta después de atar y amordazar a la victima permanecía impotente"

3:57 AM  
Blogger El Impenitente said...

Hacer un comentario ahora, después de Marina, sería poco menos que suicida y de una temeridad enorme.

Luego vuelvo. Aunque lo de la madre, el alto coeficiente intelectual y el acomplejamiento ante las mujeres me recuerdan algunos casos cercanos que terminaron en misoginia recalcitrante, al menos por ahora.

A mí las cuerdas y las cuerdas de nudos me recuerdan a las clases de gimnasia, cuando había que subir y, a mitad de cuerda, me empezaba a temblar todo el cuerpo de vértigo.No es un hermoso recuerdo, pues ser el hazmerreír no es agradable. Las cuerdas verticales son algo negativo. Aunque si no maté en su momento al profesor de gimnasia no creo que me incite ahora a cometer algún crimen.

Y sigo preguntándome si no habrá criminales fuera de los iuesei.

No dejes nunca de contarnos estas historias. Esto te lo pido por favor.

10:36 AM  
Blogger SisterBoy said...

Haberlo haylos pero no sé por qué me gustán más los de allí :)

10:40 AM  
Blogger quitus said...

pues a mí uno de los tipos me recuerda a Benjamine Linus.............lol.............

3:58 PM  
Blogger SisterBoy said...

Juas pues el ojos de tortuga sería un buen interprete si alguna vez se hace el biopic

4:37 PM  
Blogger Per anar fent gana said...

hola llegué hacia ty .desde el blog de foscardo.

me parece interesante,todo lo que tienes por aqui..hay patologias tremendamente ocultas y no ocultas ..misterioso ...me encanta ler por aqui.
saludos

7:46 AM  
Blogger SisterBoy said...

Hola, gracias y you wellcome. Esto es lo bueno que tienen los comentarios, que se conocen otros mundos.

7:51 AM  
Blogger quitus said...

lástima de los orejones, aunque sobraron bastantes protesis de las pelis de los hobbits..........así que quién sabe..........

10:21 AM  
Blogger quitus said...

lo de la comparación, salío por cierto, por que hacía poco que había visto una entrevista a "Benjamine Linus" (o sea Michael Emerson), y daba miedo, mucho miedo....y eso que eran una entrevista tranquila, etc...

10:23 AM  
Blogger Tomás said...

"La cámara como falo es a lo sumo una tímida variante de la ineludible metáfora que todos emplean sin advertirlo", (s.sontag)

Entrañable film

Tomàs

12:27 PM  
Blogger Djabliyo said...

Llamadme hereje, pero en esa última fotografía, ¿no se parece Glatman un montón a Dave Gahan, de Depeche Mode?

Por cierto, Sister, vale que te molen más los psycho-killers del otro lado del charco, pero aquí se ha presentado una comparación (todas son odiosas, of course) difícil de evitar: el Glatman, al lado de la Enriqueta, era tan sólo un poco travieso.

11:54 PM  
Blogger SisterBoy said...

Vaya parece que la vox populi reclama una historia sobre algún paisano. Empezaremos a trabjar sobre ello.

12:10 AM  
Blogger Ra está en la aldea said...

Ya echaba de menos el abecedario del crimen. Escribe sobre foráneos o propios, pero escribe.
Si al final van a tener razón los griegos, que la culpa es de las madres que son unas medusas que crían maricones y esquizofrénicos.

2:15 AM  
Blogger Tomás Ortiz said...

Por lo que veo, sigues tan truculento como siempre! Qué gusto da volver a leerte! Ahora supongo que retomaré mi época dorada de bloguero empedernido y lector de otros enfermos como yo! Más que nada porque tengo mucho tiempo libre (vamos, que estoy en el paro), y eso se tiene que notar. Por cierto, da gusto aprender cosas contigo, aunque sean de un género tan oscuro... Saluditos apretados

12:59 PM  
Blogger SisterBoy said...

VAya que bien volver a leerte te daba ya por perdido. Rebienvenido :)

1:11 PM  
Blogger Slim said...

enriqueta vs glatman, no se cual de los dos me da mas miedo...

no se que culpa tuvo la madre del tipo este, que ponerle una tienda de televisores no me parece que sea muy perjudicial. ojala la mia me la hubiera puesto, y no tendria que pelearme con las oposiciones a estas alturas...

2:22 AM  
Blogger 3'14 said...

Uhm... No he podido evitar pensar en la cantidad de personas (que aunque aparentemente no lo parezca, haberlas hay muchas) que sienten un gusto, una atracción o llámalo como quieras por las fotografías, macabras para unos, arte para otros... con imágenes bondage, o bien, en aquellos que directamente practican el bdsm. Y pienso, ¿Qué grado de peligro contiene esta parafilia (si es que se puede considerar parafilia cuando ambas partes acceden consensuadamente)? ¿Habría que poner en una lista a las personas que tengan en su casa fotografías de Laura Manson Stansfield o Nobuyoshi Araki, por ejemplo, como potencialmente perturbadas y criminales? ¿O por esos mismos motivos, debemos ser precavidos ante las personas que en sus antencedentes vitales consta una mala relación con su madre, sea por exceso o defecto de atención de esta sobre su hijo/a? El debate está abierto... Francamente, a veces dudo más de quien se confesa como una persona normal, y más después de leer relatos de tu abecedario :S

Y estoy de acuerdo con djabliyo, sin intención de crear comparaciones, el caso de Enriqueta es espeluznante. Lo del capullo de Glatman es, desgraciadamente, una patología llevada a extremos trágicos (sobretodo para las víctimas y sus familiares, evidentemente) un enfermo, que no por ello, tiene excusa, expiación, disculpa, perdón... Yo soy más radical, y si por otro motivo por el que estoy en contra de la pena de muerte ( a parte de la de casos que se han confirmado erróneos después de llevar a cabo una ejecución), es que, en caso afirmativo de ser el auténtico criminal, considero que mantenerle con vida es mayor condena que acabar con su vida. Sí, es visceral y vengativo, pero es lo que pienso.

2:33 AM  
Blogger 3'14 said...

Por cierto, se que no es el lugar indicado, pero, ¿Cómo ha quedado el tema de las oposiciones? He estado fuera unos días y no he seguido los comentarios de los últimos posts, además de tratarse de pelis que todavía no he visto y no he querido leer hasta poder verlas. ¿salió la nota de corte?¿Has obtenido alguna plaza?¿De ser así, es la que esperebas?

2:38 AM  
Blogger SisterBoy said...

En realidad nadie sabe porque hay gente que hace estas cosas. Posiblemente sea el resultado de un monton de factores genéticos y ambientales cuyas fórmulas y proporciones no se conocen.

Todavía no sé nada del corte, en cuando lo sepa ustedes serán informados. Supongo que será durante la semana

5:19 AM  

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