Saturday, May 31, 2008

El angel exterminador





Breve comentario sin spoilers.

Adaptación de una obra de Stephen King lo cual a priori puede suponer muchas cosas diferentes. Siendo como es el autor vivo o muerto más adaptado de la historia tenemos (y siempre desde la opinión personal de un lector no exhaustivo de la obra del hombre de Maine) casos en los que la película supera con mucho el original literario (Carrie, El resplandor, Cadena Perpetua), otros ejemplos en los que se podría decir que ambos, libro y película, están a la misma altura (Cuenta conmigo, Verano de corrupción, Misery) y otras que son odiadas por los fans, especialmente It por más que la versión cinematográfica de este libro nos haya dado uno de los últimos grandes iconos del cine de terror.



¿En cual de estas clases podría ser encuadrada “La niebla”? Pues personalmente no lo sé porque no he leído el libro (ahora siento grandes deseos de hacerlo) aunque por lo que me han dicho es una adaptación razonablemente fiel con la significativa excepción del final del relato. Me parece una opción muy valida el añadir algunas variables al original literario y no limitarse a poner imágenes a un texto aunque lo importante es que al parecer las dos obras hablan de lo mismo.

Decía George Romero que él nunca haría una película sobre un tipo con una máscara de hockey que liquida adolescentes. Para él las películas de terror eran siempre un vehiculo que le permitía contar otras historia y, al menos en lo que a su carrera personal se refiere, así parece haber sido siempre. Y uno de los temas clásicos del género de terror hace referencia a la situación en la que un grupo de personas se ven aisladas por una amenaza exterior. En un mundo en el que alguna clase de catástrofe hace que repentinamente se esfumen las barreras morales y sociales, que hacen la convivencia posible, los seres humanos descienden al nivel más primitivo de supervivencia. El propio Romero nos lo contó en su clásico “La noche los muertos vivientes” y, ya saliendo del género, lo hemos visto muchas otra veces desde “El señor de las moscas” a “La diligencia” pasando por el clásico aun no superado que da titulo a este comentario.

Como vemos un tema muy tratado dentro y fuera del cine de terror pero eso no tiene por que ser algo necesariamente malo, lo interesante es lo que se hace con ese material y yo creo que aquí se hace algo bastante bueno. Tras una introducción adecuada y ágil llegamos a la situación comentada en el que un grupo de ciudadanos corrientes se encuentran encerrados en un supermercado rodeados por una espesa y misteriosa niebla que parece albergar horrores indescriptibles. Un elemento de ambientación interesante en este película reside en el medio físico en el que se desarrolla, como se ha dicho un supermercado, en el que los amplios ventanales del edificio aumentan la sensación de indefensión de los sitiados y al mismo tiempo amplia el efecto de la presencia amenazadora de la niebla.

Pero como se ha dicho esta podría ser calificada como una película en la que el peligro exterior no deja de ser un vehiculo para hablar de lo realmente importante, las personas y como empiezan a relacionarse entre ellas en una situación en la que han desaparecido todas aquellas defensas que les convierten en seres civilizados. En el lugar del encierro convivirán gentes que atribuyen los sucesos del exterior a un castigo divino por la impiedad en el que vive el mundo, mientras que otros muestran una postura opuesta aunque igualmente extremista negándose a aceptar que este sucediendo algo que escape a su visión racionalista de la realidad.. Entre esas dos posiciones está una intermedia (que ocuparían los que, según los cánones tradicionales de la narración cinematográfica, podríamos califica como los buenos) cuyo único interés es averiguar qué está pasando de verdad y sobre todo como sobrevivir a ello.

Lo más revelador de estas relaciones que nacen a consecuencias de un hecho catastrófico es ver como la postura más intolerante, personalizada en una fanática religiosa a la que todos desprecian en primera instancia, va ganando adeptos y como su visión aparentemente cristiano-apocalíptica de la situación se transforma una nueva creencia que deriva hacia los más oscuros horrores del paganismo. La moraleja podría resumirse en una frase que pronunciaban uno de los protagonistas de la película Cabin Fever: “el miedo es como la borrachera, hace que aflore la autentica personalidad de la gente”.

De todas maneras, la película no pretende tampoco ser un mero ejercicio discursivo bajo un simple decorado de historia de terror de manera que todo aquel que quiera disfrutar de una trama llena de suspense salpicada de momentos de puro horror protagonizados por criaturas de pesadilla tendrá material suficiente para quedar complacido. Incluso creo que demasiado puesto que yo en particular prefiero aquellas escenas en las que la amenaza es más sugerida que tangible pero resulta algo lógico que en ocasiones se haya cargado la mano en lo que a monstruos se refiere teniendo en cuenta las pretensiones comerciales del filme (por más que, al menos en los USA, dichas pretensiones han resultado un fracaso) al igual que también resulta lógico que el argumento trate de dar una explicación a lo que está sucediendo por más que yo personalmente no lo necesite.

La película tiene muchos defensores (entre los que me cuento) pero también enconados enemigos que no dejan de señalar numerosos defectos. Se habla por ejemplo del pésimo trabajo de su protagonista Thomas Jane.





Hay que reconocer que en ciertas escenas que no tenían nada de dramáticas el público se reía de sus reacciones pero no considero que esto se algo que lastre en exceso la película ya que se trata de un carácter tan arquetípico que prácticamente nos da igual quien sea y como lo haga. Además para compensar esto tenemos a mi adorada Marcia Gay Harden que da vida al personaje clave de la historia, un personaje que de estar interpretado de forma negligente sí que podía haber perjudicado el resultado final.



Los críticos mencionan muchos más fallos y pensando seriamente en ellos incluso podría darles la razón en bastantes cosas pero yo siempre he sostenido que las películas son como las personas: si te gustan les perdonas cualquier cosa y si no te gustan no les pasas una. Y si viendo La niebla ninguno de esos aparentes fallos me impidió disfrutar de una excelente película de terror ¿por qué debería tenerlos en cuenta?-

En fin a medida que vayan viéndola, cosa que les recomiendo que hagan, iremos sabiendo en cual de los dos bandos se encuentran ustedes y así podremos comentarla (en mi casa o en la suya) y comentar también su impactante y controvertido final.

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Sunday, May 25, 2008

Guayominí cuatu pua

Por tercer año consecutivo acudimos a la cita bloguera con el festival de Eurovisión. Y, como de costumbre también, he echado un vistazo a las anteriores entradas sobre el tema comprobando que la tendencia de los últimos años se mantiene así que podemos decir que no ha pasado nada nuevo con dos excepciones. La primera tiene que ver con nuestra propia participación en el festival.

De Risto Mejide cada cual tendrá su opinión pero todos los seres humanos son capaces de decir algo ingenioso alguna vez y yo me quedo con lo dicho por el miope en una entrevista reciente: “Por primera vez después de muchos años no vamos a reírnos de nuestro representante en Eurovisión sino que nos vamos a reír con él”.

Y yo creo que esa debe ser un poco la idea. Desde que TVE decidió sustituir el tradicional sistema de elección del representante español (que yo siempre he imaginado a cargo de algún oscuro comité del que nunca se sabia muy bien la composición) por diversos métodos de votación popular (en aras de alguna difusa fantasía democrática y de paso para sacarse unas perracas) se estaba exponiendo a que saliera cualquier cosa.

Ya tuvieron un aviso hace algunos años cuando a Las Supremas de Mostoles les faltó muy poco para ser nuestras representantes así que no se pueden quejar ahora. Además aquel acabaron por ir al Festival unas tal Son de Sol que eran tan brujas como las madrileñas (y no porque cantaran un tema llamado “Brujería”) pero con bastante menos salero. Y ahí es donde hay que llegar. La única razón por la que deberíamos mandar mierdas como D´Nash, Las Ketchup, las mencionadas Son de Sol, a Ramón el Narizotas o a cualquier otro pánfilo escupido de alguna de las ediciones de Operación Triunfo es que formáramos parte de los países que tiene aspiraciones a ganar y dado que eso es muy dudoso que llegue a ocurrir (salvo que cierto fantasma vuelva a recorrer Europa) podríamos intentar formar parte de la mitad que se toma la cosa a cachondeo.


El segundo cambio con respecto a años anteriores tuvo que ver con la desaparición de Beatriz Pecker y sus delirantes análisis sobre los movimientos migratorios en Europa desgranados con esa indolente voz de profesional alcoholizada. Pero a cambio tuvimos algo mejor: el gran José Luís Uribarri cuya presencia acabará por convertirse en uno de los, cada vez más escasos, motivos para seguir viendo el certamen Nada de distancia irónica o indiferente, este hombre verdaderamente lo vive y tal y como él mismo se definió de forma conmovedoramente sincera “Lo mío es la cabina como José Luís López Vázquez”.

El festival empezó a las 20.00 hora canaria tras un largo programa prólogo dirigido por Rafaella Carrá (que acabó bastante harta y a punto de perder los papales con los ruidosos tertulianos que le tocaron) no demasiado interesante ya que en este tipo de programas la ausencia de Massiel es una pérdida inaceptable.


Pasando ya al evento en sí hay que decir que la realización se puede calificar como rápida y sin demasiadas incidencias (algunos comentaristas profesionales y aficionadnos han opinado lo contrario señalando determinados fallos que para mí no existieron porque no caí en la cuenta de ellos) con los presentadores floreros habituales y contando con un escenario que, siempre según Uribarri, simbolizaba la confluencia de los ríos Sava y Danubio que bañan (o seguramente apestan) la capital de Serbia aunque a mí ese escenario me recordaba más bien un caracol con los cuernos al sol.

A modo de prólogo se escuchó a la ganadora del año que pasado que supongo tuvo que volver a cantar el tema para que la parte de Europa situada al Oeste del antiguo muro de Berlín se acordará de la cantante con cara piolín y de su absurda canción.

A partir de ahí comenzó el “matrimonio de emociones” (según la definición de Uribarri, el viudo de la vergüenza) que se desarrolló, repetimos, de modo bastante rápido. En esta edición las pausas entre las actuaciones no iban adornadas de las habituales postales con las que los países anfitriones tratan de rentabilizar el ruinoso certamen sino con un despliegue de muestras de las diferentes artes y ciencias serbias que iban desde los campeones de piragüismo del río Sava (o del Danubio o de ambos a la vez) hasta el payaso más famoso del mundo serbo-croata pasando por los ganadores al concurso de la pareja más besucona de Belgrado. Supongo que sería complicado llenar veintiún intervalos y que de haber participado más países es posible que los organizadores se vieran obligados a rebuscar aún más entre las celebridades locales sacando por ejemplo a Radovan Karadžić “el criminal de guerra más famoso de Serbia”



Si tuviéramos que hacer una clasificación de los diferentes estilos que se pudieron apreciar en las 22 actuaciones presenciadas podríamos decir que dicha clasificación se compone de tres grandes grupos:


A) Baladas de estilo romántico-trascendente un poco al estilo de la ganadora del año pasado. O sea unos verdaderos muermos. En este grupo podríamos incluir a:

A.1) Rumania sin ninguna clase de opciones por actuar en primer lugar según el oráculo Uribarri

A.2) Polonia una rubia estadounidense casada con un polaco que acabó de las últimas y sólo destacable por su imponente piñata que le daba un aspecto de Sonia Arenas del Vistula



A.3) Albania cantante de 16 años que si nos dicen que tiene 36 también nos lo creemos

A.4) Israel nada que reseñar

A.5) Portugal una suerte de Oda al bacalao de Oporto interpretado por una oronda cantante con pinta de haberse pasado buena parte de su vida consumiendo el plato nacional


A.6) Georgia cegarruta con un estilo a lo Bonnie Taylor que cantó una canción sobre la paz de las que nunca faltan en el festival según Uribarri que además aprovechó para mandar un saludo a “nuestro invidente” Serafín Zubiri

A.8) Noruega con un estilo más bien soul americano no tan lentorro como el de los demás países incluidos en este categoría pero tampoco tan rápido como para que merezca su inclusión en la siguiente.

A.7) Serbia el apartado baladista termina con la canción anfitriona que resultó ser un coñazo semejante a aquel que le dio el triunfo el año pasado





B) El segundo estilo predominante podríamos catalogarlo como el típico facilón y festivalero (con algunas variantes) que se supone debería prevalecer en estos eventos y que es tan olvidable como la cara del tercer corista albanés. En este grupo yo incluiría a:


B.1) Reino Unido Personalmente fue la que más me gustó, con un estilo ochenteno (que me hizo recordar a gente como el reivindicado Rick Astley) interpretado por un grupo definido por Uri como “Los cinco negros” (sic) al frente de los cuales estaba un chico llamado Andy Abraham con un tremendo parecido con el negro de Lost. No se comió un rosco






B.2) Alemania Canción discotequera interpretada por unas tal “No Angels” que tampoco se comieron nada al menos en el escenario.

B.3) Armenia Sin comentarios

B.4) Islandia Idem de idem

B5) Suecia A priori una de las favoritas con una canción bastante pegadiza aunque el amenazador aspecto de la cantante sólo puede justificarse por alguna operación de cirugía estética, no por vanidad sino como medida desesperada para recomponer un rostro corroído por el vitriolo. Esa frente tan ancha como para permitir el aterrizaje de un Antonov con ayuda humanitaria para las victimas del terremoto chino sólo puede tener esa explicación. Aun así repito que era un tema muy bueno, de los pocos que se pueden recordar a los diez minutos de haberlo oído.



B.6) Dinamarca Otra canción festivalera a tope interpretada por unos chicos que según Uri se colaron en la final “de gorra” (el chiste es porque el cantante iba con gorra aunque no se lo crean).

B.7.) Ucrania Otra de las favoritas aunque con más motivo ya
que, a diferencia de Suecia, el país está situado geográficamente en el lugar preciso para tener muchos votos. Interpretada por Ani Lorak que según la opinión general (incluida la de Uri que aportó –en este caso y en muchos otros- su ojo clínico de macho ibérico arevalense) era la maciza oficial del certamen. Al final quedo en segunda posición.

B.8) Grecia El segundo estilo analizado termina con este tema también muy marchoso interpretado por una mezcla entre Shakira y Beyonce llamada Kalomira (que no Kalimera) con la que el salido de Uribarri (que, repetimos, se pasó buena parte de la noche bien atento a los escotes y perniles de las participantes y sus coristas y bailarinas) terminó de perder la cabeza. Posteriormente, durante las votaciones, cada vez que la canción helena recibía los doce puntos el hombre de la cabina prorrumpía en exclamaciones del tipo VOLVEMOS A VER A KALOMIRA, ¡KALOMIRAAAAAA! ¡¿DÓNDE ESTAS KALOMIRA?


A) En el tercer grupo podríamos incluir a los no alineados (aquellos cuyo estilo se aparte de los habituales en el festival) y a las ya inevitables frikadas que, digan lo que digan, son hoy en día uno de los mayores alicientes para seguir viendo este festival, al menos para los que no somos eurofanaticos de esos que se saben de memoria quien quedó octavo en el año 95. A este respecto la mentar profundamente la eliminación del Dustin The Turkey que, junto con nuestro representante, era uno de los emblemas del lado salvaje del festival. Los que sí pasaron fueron:

C.1) Finlandia Los fineses aun nostálgicos de su histórico triunfo de hace dos temporadas atacaron con más caña con otro grupo heavy aunque esta vez de corte más ochenteno, un poco al estilo Europe o Bon Jovi.

C.2) Turquía. Cuando Uri calificó lo que se avecinaba como “Rock alternativo medio indie” toda la Europa de habla hispana tembló. Pero el vejete no estaba del todo desacertado con esta especie de Muse turco que al menos puso una nota de diferencia en la uniformidad del sonido festivalero. Quizás La Casa Azul hubiera podido llevar a cabo una labor similar.

C.3) Bosnia Empieza lo bueno. Aquí los bosnios como acompañamiento a su canción desplegaron un atrezzo imposible de describir con palabras y que le daba al conjunto un aspecto como el de aquellas representaciones del teatro del absurdo con el que el mundo fue torturado durante los años sesenta y setenta. Resultó curioso que Uri se quejara de esta excentricidad eslava teniendo en cuenta lo que iba en nuestro nombre.



C.4) Croacia Sin salir de los Balcanes, a continuación tuvimos una especie de funeral eslavo a lo Kusturica comandado por un vejete marchoso que parecía muy cabreado. Me hubiera gustado saber lo que decía. Bueno en realidad no.

C.5) Letonia Un grupo de alegres muchachos del báltico desarrollaron en el escenario una especie de espectáculo pirata (que aprendan estilismo los feos filibusteros somalíes) para turistas ingleses en Mallorca. Al frente de la cuadrilla Roberto Meloni una mezcla entre Tino Casal y el cantante de Mago de Oz.






C.6) Francia. Amigos, una gran noticia. Eugenio Joffra Bofarull (conocido como Eugenio a secas) el gran humorista catalán no está muerto. En realidad huyó a Francia donde se cambió de nombre y ahora se hace llamar Sebastián Tellier. Las cosas no le van mal, ha conseguido hacer carrera como cantante e incluso ha llegado a participar en Eurovisión.





C.7) Azerbaiyán Cuando Uri definió a uno de los dos cantantes que venían a continuación como emisor de “agudos de eunuco” tampoco exageró lo más mínimo. El dúo Elnur and Samur escenificaban el ancestral enfrentamiento entre el ángel y el demonio. Claro que cuando el ángel es una locaza con voz de castrati dan ganas de salir corriendo hacia el demonio que por lo menos tiene nombre de servicio público prestigioso.



Tras este breve repaso dejamos para el final la actuación patria y la del vencedor del festival.

Durante las semanas previas al certamen la promoción española insistía en que el tema interpretado por el personaje de Rodolfo Chiklicuatre era uno de los más populares. Sin embargo da la impresión de que esto no fue así y no sólo por el discreto resultado final (como de costumbre más explicable por las consecuencias del derrumbe del bloque soviético que por la calidad de los participantes) sino porque en el momento me dio la impresión de que fue la única actuación abucheada por el público (que por otra parte se lo pasó pipa como también suele ser habitual) a pesar de que, como se ha visto, otras interpretaciones anteriores dejaban en pañales a nuestro representante en cuanto a nivel de frikismo se refiere.

De todos modos hay que reconocer que, mamarrachadas a parte, todos los demás participantes al menos sabían cantar y eran por consiguiente cantantes ya sea profesionales o aficionados lo que no se puede decir de Rodolfo que no es más que un cómico cuya broma ha llegado más lejos de lo que nadie pensaba. La actuación fue sosa (dudo mucho de que la intencionada caída de una de las coristas se interpretara por la audiencia como la broma que era) y el hombre estaba demasiado nervioso y posiblemente demasiado cansado ya de toda esta historia. En fin lo que pasó ha quedado ya para la posteridad.




En cuanto a la ganadora ¿qué decir?. Podríamos encuadrarla en el estilo número uno formando por sí sola una subcategoría denominada “balada arrastrada” por la tendencia de su descamisado interprete a ejecutarla de rodillas sobre el escenario (algún malévolo podría comentar que el guapito cantante se había acostumbrado ya a esa postura en su larga carrera hacia la fama) y que fue aderezada por un violinista que tocaba un Stradivarius del año no se cuantos (como si eso le importara un carajo a alguien, lo mismo podría haber llevado un violín de juguete comprado en la misma tienda que vende la guitarra del Chikilicuatre) y un patineta que terminó por darle a todo el conjunto un aire a lo roller-disco de los ochenta. Felicidades y buena carrera futura en las whiskerias del Volga:



Después vino la tradicional votación en la que lo más destacado fueron las dotes adivinatorias de Uribarri por más que alguien insinuó que al buen hombre le habían pasado ya una hoja con todas las votaciones y que todo se rollo a lo Rappel no era mas que una de sus bromas. Estuvo todo muy simpático aunque volvimos a echar de menos a Beatriz y sus análisis sobre los movimientos migratorios y la influencia de los emigrantes malteses en el Reino Unido.

Hasta el año que viene.


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Sunday, May 18, 2008

Cosas que ya nunca volveremos a ver

Se avecina una temporada (que presumo durará dos meses si hay suerte y uno si no la hay) en la que posiblemente no podré extenderme mucho con las actualizaciones así que tendré que tirar de videoteca para mantener alto el pabellón y no caer en el olvido.

Para ello se me ha ocurrido una nueva sección que llevará como título el de esta entrada.

Cuando uno ha vivido ya algún tiempo tiene la oportunidad de comprobar como va cambiando la sociedad y como las cosas que parecían normales se vuelven inadmisibles y como las cosas inadmisibles se vuelven cotidianas. Esto naturalmente se manifiesta en las expresiones artísticas tanto como en los demás aspectos de la vida común. No pretendo decir que no haya razón para rechazar algunas cosas que antes podían verse sin ningún problema y que este nuevo tipo de censura no esté justificado. Aunque la verdad tampoco pretendo decir lo contrario. De hecho no sé muy bien que pensar de este tema pero hasta que lo averigüé sólo puedo considerarme un espectador de estos cambios antes señalados. Y como primer ejemplo de que los times there are a changing aquí tenemos este ingenuo y festivo video musical de los primeros años ochenta que tendrán que ver casi en su integridad para descubrir “el momento”.

Monday, May 12, 2008

The people under the stairs

Pensaba escribir sobre el austriaco maniaco pero sinceramente no he encontrado la inspiración. Lo que pensaba decir iba en el sentido de cómo una noticia que hace diez años no hubiera pasado de ser reseñada en cierta sección de la revista Semana (para llorar, para gritar, para reír, para correr) se convierte en primera página de todos los periódicos y portada en todos los noticiarios de radio y televisión (y no solamente en España).

Quería decir también que la extraordinaria difusión de esta noticia, al carecer de toda finalidad didáctica, no tenía otro objetivo que regodearse en la morbosidad del asunto. Y digo que carece de toda finalidad didáctica porque el hecho es tan increíble y extravagante que es difícil sacar ninguna conclusión sobre él y mucho menos alguna lección de carácter preventivo. Veinticuatro años de cautiverio con finalidad criminal rompe todos los records establecidos (incluido el de Natasha Kampusch como algún bloguero malévolo se ha encargado de comentar) y con el asunto lo de los siete hijos-nietos sucede otro tanto.

Quisiera haber dicho asimismo que esa falta de referentes hace que resulte muy complicado el tratamiento futuro de las victimas aunque al menos todavía no nos han ofrecido ninguna entrevista televisada con Elizabeth Fritzl (la esposa-hija) como sí se hizo con la anteriormente mencionada Natasha Kampsuch (en una decisión que entonces y ahora me resulta difícil de entender). Me preguntaba si en esta ocasión las autoridades podrían resistir la presión mundial por contemplar la obra del diablo y me hacía recordar el caso descrito en la película de Werner Herzog “El enigma Kaspar Hauser” en el que un hombre que había permanecido desde su nacimiento recluido en un sótano era liberado repentinamente y se convertía en el objeto de la morbosa curiosidad general (de tal modo que el inocente terminaba por añorar su vida anterior en el sótano) hasta el punto de que terminaba siendo apuñalado por un demente.

Hubiera querido finalizar el comentario diciendo que, al margen del siempre patético espectáculo de la búsqueda de explicaciones (“¿acaso Hitler no era también austriaco?”) y de culpables (“alguien debía saberlo, alguien debía saberlo”) no quedaba otra conclusión que reconocer que este acto de crueldad prolongada era un suceso cerrado que empezaba y terminaba con la espantosa e impredecible locura de su autor. Y para terminar hubiera acudido a mi oráculo filosófico habitual que son las tiras cómicas de Mafalda (ya sé que sería mejor citar a Adorno y Horkheimer o algún otro por el estilo pero esto es lo que hay). En una de ellas Mafalda sufría y se lamentaba por los pobres del país, a lo que Susanita contestaba: ¿Y qué podemos hacer salvo decir ¡Qué barbaridad! Así que dale, decí vos también tu 'qué barbaridad!' así podemos ir a jugar tranquilas"..

Pues eso que me hubiera gustado poder decir todas esas cosas pero no me ha salido.

Thursday, May 08, 2008

Video concurso. Sesión doble

Golpiza en la noche




In the mud for love


Sunday, May 04, 2008

El mundo se derrumba y nosotros nos asesinamos




Dije hace poco que siempre procuraba ver películas españolas que trataran temas no habituales en nuestro cine y con este postulado ¿cómo iba a perderme una de género apocalíptico?.

Hay que advertir sin embargo que lo que a priori se presenta como la trama principal de la película (un meteorito impactará contra la tierra y la destruirá en tres días) luego parece transformarse simplemente en el marco temporal en el que se desarrolla un thriller de venganza bastante convencional. Sin embargo no me cuento entre los que se han sentido estafados por la deriva “thrillera” del filme. Está claro que “Tres días” no es la típica película sobre el fin del mundo (y aunque quisiera serlo no creo que sus responsables dispusieran de los recursos necesarios) pero tampoco creo que se trate de un simple thriller al uso con cataclismo cósmico de fondo.

Yo creo más bien que la película nos habla sobre hacer o no lo correcto ya se acabe el mundo en tres días o en tres millones de años. Ante la catástrofe algunos de los personajes conservan un elevado sentido del deber, otros en cambio siguen empeñados en ser unos cabrones hasta el último minuto por más que ambas actitudes sean igualmente inútiles. La conclusión es que la noticia del fin del mundo sólo lleva a estos personajes a exacerbar comportamientos que son consustanciales a ellos, incapaces así de reconocer lo absurdo de su lucha y de ceder ante la certeza de la muerte. Incluso el personaje que parece asimilar de forma más lógica lo que se avecina acaba sucumbiendo ante lo que le dicta su naturaleza.

Al margen de las reflexiones que pueda ocasionar el argumento de la película hay que decir que se trata de un producto técnicamente notable en cuanto a fotografía, música y ambientación y que las interpretaciones son impecables incluyendo la de Eduard Fernandez (que es un actor que nunca me ha gustado) y también las de los niños que normalmente suelen estar como para que les caiga un meteorito encima.

No se trata de una película perfecta por supuesto, hay muchos defectos en el guión y en el desarrollo de algunas escenas y personajes y la película flojea mucho en cuanto se abandona por completo a las claves del psycho-thriller , unas claves que se nota que los autores de la trama no manejan muy bien y que están además salpicadas de detalles de mal gusto típicos del tremendismo del director novato. Pero así todo lo cierto es que resulta una obra bastante notable que no se merece la poca atención que está recibiendo en taquilla. ¿Pretenciosa? Desde luego pero para mí eso no tiene que ser necesariamente un defecto, para hacer algo bueno primero tienes que aspirar a que lo sea, es una condición necesaria. Muchas películas españolas sólo aspiran a ser una mierda, y la mayor parte de las veces lo consiguen.

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