Thursday, December 27, 2007

Personal Christmas Capitulo 3 "La Hartanga"

Esta historia gastronómica tenía que haber sido incluida dentro del post dedicado a las cuchipandas navideñas pero en aquel momento no tenia el material necesario. Podría dejarlo para las Navidades del 2008 pero quien sabe si la tradición acabará por perderse en el tiempo como le ha pasado a otras tradiciones navideñas como el anuncio de Freixenet o las hojaldrinas Mata.

Según tengo entendido esta costumbre es exclusiva de Canarias, en concreto de la parte norte de la isla de Tenerife pero no me sorprenderia que en algún lugar del resto de España también se diera este curioso fenómeno aunque mi hermano -gran conocedor de la gastronomía peninsular- no me lo ha confirmado.

Me refiero a La Hartanga una especie de tombola bestial que se suele sortear en estas fechas coincidiendo con los números de la loteria o de la ONCE del 21 ó 22 de Diciembre. En la escasa literatura que se puede encontrar sobre el tema en Internet he leido que al parecer este sorteo tiene como origen el deseo de algunos propietarios locales de deshacerse de toda la mercacia excedente, de ahi la cantidad y la variedad (sobre la calidad ya habría que discutir aparte) de los productos que se ponen en manos del azar. Puede que la cosa haya empezado asi pero con los años ha degenerado en una especie de broma asumida por todos los participantes. Tal es así que de hecho es un premio que casi nunca se suele reclamar y cuando se hace se suele asimismo aceptar una cantidad en metálico en lugar de lo ofrecido en el boleto. Algo que parece bastante lógico ya que no creo que muchas personas en esta isla (ni en este planeta) tuvieran recursos suficientes para transportar y almacenar toda esta porqueria. Aunque me resulta divertido pensar que algún día ocurra como en aquel episodio de Los Simpsons en el que Burt ganaba un certamen radiofónico cuyo premio eran 10.000 dolares o un regalo absurdo. Por supuesto todo el mundo elegía el dinero pero Burt prefierió el regalo absurdo que resultó ser el elefante Pisoni.

El ejemplo que traemos hoy aquí (escaneado personalmente para que la tradición quede reflejada en la red por los siglos de los siglos) no es demasiado espectacular (en ocasiones he visto hartangas que incluian en el premio una cabra viva) pero más o menos la lista cumple las condiciones de monstruosidad y absurdidez y finaliza (y esto también es tradición y ejemplo de que al final todo se trata de una broma) con la oferta de 5 kilos de bicarbonato. Pero dejemonos ya de prolegómenos y vayamos al grano porque lo diveritdo de este sorteo no es ganar lo que se ofrece sino leer lo que se ofrece. Ahi se los dejo



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Sunday, December 23, 2007

Have yourself a merry little christmas

Bueno pues feliz navidad a todo el mundo y como dijo Tim Cratchit "Que Dios nos bendiga a todos"


Wednesday, December 19, 2007

La dama de Shangai



No sé si será justo comparar “Deseo, Peligro” con “El libro negro” de Paul Verhoeven pero mientras veía la última obra estrenada de Ang Lee no podía evitar hacerlo.

Ambas películas tratan sobre países ocupados durante la Segunda Guerra Mundial (e incluso un poco antes como es el caso) y ella se describen las actividades de los movimientos de resistencia de una manera similar: el idealismo y la ingenuidad de los reclutas, la desorganización inicial, la brutalidad y torpeza de los primeros asesinatos y por último la certeza de que la sociedad secreta al fin y al cabo es también un ejercito con una jerarquía tan rígida como aquel al que combate y esta igualmente dispuesto a llevar a cabo si la causa lo exige toda clase de actos indignos incluyendo el explotar sexualmente a alguno de sus miembros, mujeres por supuesto ya que ambas películas comparten también la poderosa presencia de una figura femenina (interpretadas además de forma inolvidable por actrices desconocidas) que a pesar de la miseria moral y material en la que se desenvuelven consiguen mantener su integridad por encima de su condición de prostitutas por la causa.

En resumen son historias que se unen a la tendencia de evitar la tradicional esquematización con la que se ha tratado la guerra que más veces se ha llevado al cine arrojando por consiguiente una visión novedosa a algunos aspectos del conflicto (esas mujeres occidentales prostituyendose para poder sobrevivir o esas tiendas de Shangai repletas de artículos de lujo ofrecidas por afables comerciantes arabas).

Pero sobre todo son filmes dominados por una concepción clásica de la narración (entendiéndola en el buen sentido de la palabra, es decir no en el sentido garciano) en el que todos los elementos (guión, fotografía, interpretación, decorados) están cuidados al máximo lo que hace que su visión tanto en lo formal como en lo argumental se convierta en un verdadero placer. De todas maneras reconozco que el filme de Verhoeven me resulta más estimable por ese punto salvaje y desinhibido (no uso el término “gamberro” porque me resulta muy cursi) del que carece el contenido drama de de Ang Lee por más que las explicitas escenas de sexo incluidas en la película del director taiwanes llamen tanto la atención, unas escenas que por otro lado están plenamente justificados (en el caso de que alguien necesitara tal justificación) en uno de los muchos diálogos afortunados del personaje protagonista.

También encontré que “Deseo, peligro” cojeaba un poco en uno de los factores claves de su argumento, me refiero a todo lo relacionado con la compleja personalidad de Wong Chia Chi y los motivos que guían su conducta, lo mismo cabe decir de la aún más compleja personalidad del señor Yee y lo mismo también de la complejísima relación sado masoquista que se establece entre ambos. También me pareció que la película soportaba con dificultad los 157 minutos de duración lo que no pasaba con “El libro negro” de similar metraje. Es posible que esas más de dos horas y media perjudiquen la carrera comercial de la película aunque personalmente no me suponen ningún. Yo podría, por ejemplo, pasarme todo ese tiempo mirando el rostro de Wei Tang, de hecho podría pasarme toda la vida haciendo eso.





De todas maneras y a pesar de estas objeciones considero la última obra de Ang Lee altamente recomendable, sobre todo en estas fechas dominadas por el habitual cine complaciente y opiáceo.

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Thursday, December 13, 2007

Abecedario del Crimen Capitulo XII. Meat is murder

La última entrega del Abecedario del Crimen iba a ser la última debido a que ya no quedaban en la Biblia del Mal temas dignos de mención y los que sí lo eran los juzgaba yo demasiado escabrosos para la audiencia. Pero resulta que algunos lectores del episodio de los Osterreich lo juzgaron demasiado liviano para el nivel que, según ellos, había mostrado esta sección. Esos comentarios hirieron mi orgullo de cuenta cuentos macabro por lo cual he decidido resucitar al muerto y sacar de las cavernas más infectas del Abecedario alguno de los temas autocensurados. Give the people what they want.

Y dado que esta entrega coincide con la Navidad. ¿No resulta de lo más apropiado hablar sobre canibalismo?. Eso haremos asi que hechas las advertencias oportunas ya podemos entrar en materia.



El Abecedario del crimen se refiere al tema con profusión en sus más diversas vertientes. Pero no estoy especialmente interesado en algunas de ellas como las que hablan de las costumbres antropófagas de algunas tribus africanas aunque a este respecto no me resisto a contar la historia del explorador James Jameson quien el 11 de mayo de 1888, conversando con un mercader de esclavos dijo que eso de los caníbales eran cuentos de viajeros. Por toda respuesta los esbirros del negrero fueron a buscar a una muchacha y la acuchillaron para luego repartirse los restos sin que quedara una sola partícula “Lo más extraordinario –contaba el explorador- es que no emitió ningún sonido ni se resistió al caer”. Aunque yo pienso que quizás a la victima le hubiera gustado expresar en voz alta que ojalá el tal Jameson no hubiese sido tan bocón.

Tampoco nos detendremos demasiado en algunos herederos modernos de las viejas tradiciones como Jefrey Dahmer, Isei Sagawa o Andrei Chikatilo.








Dahmer confeso que devorar partes del cuerpo de alguna de sus victimas era una manera de que al final terminaran formando pare de él consumando asi sus ansias de obtener una unión definitiva con otra persona. El procesado de las victimas, un ritual que se extendía por horas e incluso días, culminaba con una comida formal que compartían los dos protagonistas si bien uno de ellos en forma de menú. Algo parecido sucedió en el caso de Sagawa un japonés que estudiaba literatura en la Sorbona en el año 1981. Enamorado de una compañera de clase, la holandesa Renee Hartevelt, Sagawa la invitó a su casa una noche y cuando la muchacha rechazó por enésima vez sus avances Isei la mató de un disparo, violó el cadáver y luego lo devoró parcialmente en un ritual que él identificó como la unión suprema y definitiva con el objeto de sus deseos.



Dahmer y Sagawa eran caníbales pensantes mientras que para el ruso Chikatilo el acto de comer era parte del frenesí sexual, una ampliación extrema del mordisco de amor que terminaba con los genitales de sus victimas arrancados a dentelladas y masticados en crudo.

Un caso peor aún que el de estos tres fue el de Albert Fish uno de los primeros asesinos en serie de la historia criminal de los Estados Unidos y uno de lo seres humanos más depravados que hayan existido y que concentraba en su única persona casi toda la lista de desviaciones sexuales que hayan sido algunas vez catalogadas.


En 1928 cuando ya tenía ya casi sesenta años se presentó bajo nombre falso en el domicilio de la familia Budd en Nueva York para contestar a un anuncio publicitario sobre una demanda de empleo que había puesto el padre de familia. De algún modo el viejo consiguió que los Budd le confiaran a su hija Grace de diez años para ir a dar un paseo. Lo que ocurrió después se lo contaría a la propia madre de la niña en una carta que le envió en 1934 “Grace se sentó en mi regazo y me besó. Entonces decidí comérmela” Y lo hizo.

Una variante curiosa es la de algunos elementos que podríamos llamar “caníbales por proyección” ya que no sólo consumían la carne de sus victimas sino que además la daban a probar a otros, generalmente sin su conocimiento. Es el caso de Nikolai Dzhumagaliev apodado “dientes de acero” que un día al salir del trabajo se llevó a una mujer a dar un paseo por el río y tras matarla cocinó su cadáver y luego invitó a sus amigos a cenar “autentica carne”, un lujo en la Rusia comunista (y para muchos también en la Rusia libre). El autentico origen de la carne fue descubierto cuando dos de los invitados entraron en la cocina y vieron sobre una mesa la cabeza y los intestinos de la victima. Se cuenta que uno de ellos murió en el acto a causa de la impresión.


Algunos años antes en la Alemania de entreguerras Georg Karl Grossman fue acusado de matar prostitutas y hacer salchichas con sus restos que posteriormente luego vendía en su puesto callejero de perritos calientes .



El Abecedario se extiende en algunas explicaciones algo prolijas en el caso de Dahmer relacionándolo incluso con el rito religioso de la comunión. El catolicismo deriva del paganismo de floridos ritos prehistóricos en cambio las doctrinas protestantes prescinden de los elementos de misticismo primitivo y superstición intrínsecos en la iconografía católica y producen por lo tanto una religión mutilada de sus raíces paganas. En este análisis, ejemplares atávicos como Dahmer están inconscientemente vinculados al paganismo y es precisamente esto lo que les hace presas de una reconocida pulsión caníbal. Es un punto de vista interesante pero demasiado enrevesado, yo prefiero pensar que simplemente Dahmer llegó al fondo de su progresiva caída en el abismo que comenzaba por la violación y continuaba con la tortura, el asesinato, la mutilación la necrofilia para terminar por fin en el canibalismo.

Al margen de todas estas historias truculentas lo que de verdad me llamó la atención de las diferente historias sobre antropofagia descritas en el libro se refieren más bien a lo que sucede cuando personas aparentemente normales se ven envueltas en situaciones extraordinarias que les conducen por pura necesidad a cometer actos inconcebibles. La historia de los antropófagos de los Andes es suficientemente conocida porque incluyó algunos elementos muy llamativos como el que tuviera lugar en pleno siglo XX y que afectara a un grupo de jóvenes de clase acomodada lo que refuerza la teoría costumbrista de que lo que diferencia al hombre del animal son tres día sin comer. En este caso lo que hicieron los chicos mereció de forma más o menos unánime la benevolencia del mundo por más que de vez en cuando aparece algún rumor insidioso sobre el hecho de que algunas de las personas que sirvieron de comida fueron “ayudadas” a irse al otro mundo con el fin de aligerar la cadena alimenticia.

Pero incluso cuando esto sí ha sucedido de forma confirmada algunas de las personas empujadas al canibalismo precedido de asesinato han encontrado algún tipo de comprensión. Es el caso del capitán John Dudley naufrago a la deriva a 1.600 millas del Cabo de Buena Esperanza durante el verano de 1884 sin más compañía que el grumete Richard Parker. Tras varias jornadas sin comer el chico estaba medio muerto y Dudley decidió acelerar el proceso y luego alimentarse del infortunado. Cuando por fin llegó a tierra y se descubrió lo sucedido el capitán (que como atenuante adujo necesidad) fue condenado a muerte aunque posteriormente la condena se redujo simplemente a seis meses de cárcel.

La tribulación de Dudley tiene lugar, al contrario que la de los Andes, en el vivo y violento siglo XIX donde estas historias extraordinarias eran mucho más comprensibles. Y a este siglo pertenecen también las dos aventuras que cierran esta entrada del Abecedario del Crimen. Se trata de las historias de Alfred Packer y Alexander Pearce


LA FIEBRE DEL ORO


En el otoño de 1873 una voluntariosa expedición de buscadores de oro formada por una veintena de personas salieron de Salt Lake City al mando del pionero Alfred Packer. Muy pronto las cosas se pusieron feas y la escasez de alimentos obligó a regresar a diez de ellos. Tras muchas penalidades el grupo restante quedó reducido a seis personas que aún trataban de llegar a Río Grande atravesando las Montañas Rocosas. En ese momento se los tragó la tierra.

En la primavera siguiente Packer llegó tambaleándose hasta la Agencia India de Los Pinos solo y exhausto pero sorprendentemente bien alimentado. El descubrimiento de carne fresca no muy lejos de allí el día 2 de Abril provocó al primer relato del superviviente sobre lo ocurrido.

El hombre contó que durante el invierno el famélico grupo se había alimentado de raíces hasta que una mañana al llegar al campamento tras cinco días de búsqueda infructuosa de comida Packer descubrió que el menú del día se componía de Israel Swann una de cuyas piernas se asaba al fuego bajo la atenta supervisión de Shannon Wilson Bell. Todos los demás miembros el grupo habían muerto de hambre o bajo el hacha despiadada de Bell.

Siempre según Packer durante el resto del invierno los dos supervivientes se alimentaron de los restos de sus compañeros hasta que agotaron la provisión. Pese a que existía un pacto de no agresión Bell se volvió loco debido al hambre y Packer dijo que le había matado en defensa propia y había podido soportar el resto del invierno gracias a su carne. Al llegar el buen tiempo Packer se aprovisionó con lo que quedaba de Bell y prosiguió la marcha hasta que avistó el puesto fronterizo y se deshizo de los últimos restos. De haber sido cierta su historia posiblemente Packer hubiera gozado del mismo trato indulgente que el capitán Dudley pero ¿era eso de verdad lo que había ocurrido?-

Para averiguarlo se organizó una expedición al lugar de los hechos. La primera tentativa de Packer de guiar la expedición resultó fallida pero por fin en el mes de Junio se localizó una cabaña a orillas del lago Chistoval donde se encontraron los cinco cadáveres cuatro de ellos con el cráneo aplastado. Aunque en un principio nada parecía desdecir su versión en cuanto aparecieron los cuerpos Alfred puso pies en polvorosa.

Más tarde fue capturado y basandose en su huida y en algunas contradicciones en las que había caído durante su declaración inicial fue juzgado y condenado a muerte por el juez Melvilla B. Gerry con estas palabras. “De pié, tú, voraz hijo de puta comedor de hombres, de pie. Había siete demócratas en el condado de Hinsdale y tú te comiste a cinco. Dios te maldiga. Te sentencio a ser colgado por el cuello hasta estar muerto como advertencia contra la reducción de población demócrata en este estado” Bueno, yo tampoco me lo creo pero esto es lo que dicen que dijo.

Pero a pesar de todo había que admitir que las pruebas eran muy endebles y además seguía imponiéndose la ley de la supervivencia en la frontera con lo que el cargo de asesinato se redujo a homicidio en un segundo juicio y la pena de 48 años se quedo en 18 tras la concesión de un perdón. Packer terminó por convertirse en un héroe e incluso hay un busto suyo en el Capitolio de Colorado.


Pero ¿Qué pasó en realidad en el lago Chistoval?. En 1989 el profesor James Starrs localizó los cuerpos y los sometió a modernas técnicas forenses. En todos los esqueletos se encontraron muescas de un cuchillo de desollar y todos tenían también cortes en los brazos, lo que se conoce como “heridas de defensa”. El estudio no hizo más que confirmar lo que todos sabían: alguien había matado y comido a esos hombres pero era imposible saber quien lo había hecho. Lo único que se determinó es que la modalidad de las muertes no coincidía con la versión de Packer. Como conclusión el profesor Starrs opina sobre la conducta del explorador “Packer prefirió alimentarse de buenos bistecs aun cuando podía haber sobrevivido cazando liebres”. Asi pues todo se redujo en el fondo a una cuestión de pereza.

Los que hayan visto la película Ravenous (y espero que por su bien lo hayan hecho) habrán encontrado ciertas similitudes entre esta historia y la de Packer. A mí también me lo pareció y una rápida búsqueda en el google relaciona ambos nombres (Packer y Ravenous) en bastantes páginas aunque en el curso de dicha búsqueda he descubierto que existe una película llamada precisamente “The legend of Alfred Packer” de 1980.



Supongo que será bastante difícil de conseguir por lo que los que quieran ver una dramatización de los hechos tendrán que conformarse con la película en la que supuestamente Robert Carlyle interpretaba al gran superviviente.




LA FIEBRE DE LA CARNE.

Casi cincuenta años antes el drama se producía al otro lado del mundo de una forma muy similar en la igualmente salvaje Australia. Hasta allí llegó un día de 1820 Alexander Pearce condenado a siete años en la colonia penitenciaria por el robo de seis pares de zapatos. Tras dos años de reclusión Pearce decidió fugarse. Un 20 de septiembre de 1822 se hizo con un bote y junto con otros siete compañeros cruzó a remo la bahía de Marcquarie Harbor y se internó en la maleza.

Los convictos se encontraron con un terreno difícil, plagado de de abruptos barrancos que surgían entre densos matorrales de enredaderas y troncos podridos. En una semana agotaron sus víveres momento en el que los huidos no tuvieron otra opción que discutir quien debía caer primero. Alguien mencionó el nombre de un tal Dalton que en el pasado había sido un conocido soplón. A todos les pareció bien y la cabeza de Dalton fue la primera en caer bajo el hacha de Greenhill, el más decidido del grupo y además el que había sugerido el nombre del chivato.. Luego Dalton fue devorado.

El canibalismo plantea una lógica implacable que pronto quedó clara para los siete supervivientes: Dalton no tardaría en acabarse y alguien tendía que ocupar su puesto. Los más atemorizados eran los más débiles. Dos de ellos se escurrieron entre los intricados montes de las sierras de Engineer; el resto los persiguió para darles caza pero los doblemente huidos lograron regresar al puerto de Marquarie aunque en tal estado de privación que no tardaron en morir.

La cifra de convictos libres se había reducido a cinco. El 15 de Octubre el siguiente en caer bajo el hacha de Greenhill fue Bodenham. Ahora quedaban cuatro. Alcanzaron el territorio de los Tiers occidentales en plena manía persecutoria aunque jurándose no comerse entre sí. Sin embargo en llano abierto nadie podía esconderse, nadie podía avanzar más deprisa que sus compañeros, nadie podía correr para ponerse a salvo, y Greenhill seguía empuñando el hacha. Estaban ligados por un lazo cada vez más estrecho, destinados a comer o ser comidos, a matar o perecer. Por fin a finales de octubre Greenhill, poniendo en práctica una vez más su espontánea costumbre sangrienta, se acercó a Mather por detrás y le descargó un golpe en la cabeza con su inseparable hacha. Mather no murió en seguida y no lo haría hasta esa noche mientras los demás esperaban alrededor del fuego. Por último Greenhill cansado de esperar le dio media hora para poner en orden sus asuntos con Dios y luego le remató.

A Mather no tardón en seguirle Travers intimo amigo de Greenhill y a pesar de ello el siguiente en la macabra lista. Al final ya sólo quedaban Greenhill y Pearce en la inmensidad de las planicies australianas. La extraña pareja cruzó el agradable paisaje de ondulantes prados manteniéndose a distancia prudencial el uno del otro, deteniéndose y reanudando la marcha al mismo tiempo. Ambos sabían que el primero en ser vencido por el sueño sería hombre muerto. Se vigilaban de día y, despiertos junto al fuego, también de noche. Asi pasaron los días hasta que Greenhill sucumbió, se adormiló un instante y Perece lo mató continuando su camino en solitario y con partes de Greenhill como alimento para el camino.

La fuga prosiguió durante dos meses hasta que por fin el fugitivo fue capturado. Durante el juicio por su fuga confesó todo lo ocurrido. Pero puesto que nadie creyó su grotesca fábula y las autoridades lo devolvieron al penal de donde se había fugado y de donde se volvió a escapar en esta ocasión en dirección Norte. Para entonces Pearce había, por lo que parece, adquirido la costumbre de llevar ganado humano en sus correrías ya que su compañero de fugas, Thomas Cox, terminó por servirle de alimento. Pearce volvió a ser capturado pero esta vez también se halló el cadáver desmembrado y abierto en canal de Cox con lo que su nueva confesión resultó algo más creíble. Pearce fue condenado a muerte y ejecutado. Su cabeza fue comprada y disecada por un tal señor Crockett del hospital colonial de Hobart quien posteriormente la regaló al norteamericano Samuel Norton gran coleccionista de calaveras. Hoy en día la cabeza de Pearce esta expuesta en una vitrina de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia con lo que las dos historias tuvieron igualmente un final muy similar




Monday, December 10, 2007

Links corregidos y aumentados y disminuidos

Pues nada que aprovechando un momento de ocio puentil he aprovechado para poner al día los links del blog. He rehabilitado algunos links que fallaban como los de "Series por un tubo" "La cotilla y Adan" y el blog de Ra que ahora funcionan perfectamente.

He añadido un par de novedades como por ejemplo "Equilibrio total" otro blog de la singular Geo que ya estaba presente a traves de "Empiezo a entender". Otra novedad es "Alma tranquila alma rebelde" un blog de Anita Lorite de la pandilla de cementerio que me consta que me lee aunque nunca ha querido dejar comentario. También he puesto el link a la página de Anika, imperdonable que no lo haya hecho hasta ahora cuando tanto debo a esa mujer. Es el único de mis links que no es un blog.

También hay algunas bajas, he quitado los blogs de Kristina Krisol y Manga Ranglan debido a su total inactividad desde hace meses, prefiero no tener linkados blogs que no estan operativos pero en cuanto estas dos muchachas vuelvan a la acción aqui tendran a un esclavo de sus caprichos.

Pues nada bienvenida a los nuevos adios a los que se van y disculpas a los links tardiamente reparados. La próxima actualización será un nuevo capitulo del Abecedario del Crimen que me llevará un poco de tiempo redactar y que espero tener para el fin de semana.

Para que este post no sea totalmente futil les dejo con un video de Otis Redding que cumple años de muerto.

Thursday, December 06, 2007

Personal Christmas. Capitulo 2 "Beggars Banquet"

Hablamos hoy de dos fenómenos navideños en los que se produce la misma clase de paradoja que se da en casi todos los aspectos de la fiesta: los despreciamos y nos reímos de ellos y sin embargo nos resultan imprescindibles. En este caso nos referimos a las cenas de empresa y a los lotes de Navidad.




Por fortuna la mayor parte de mi triste vida laboral se ha desarrollado en empresas tan miserables que a veces me veía obligado a robar el material de oficina de las diferentes asesorías que tenían la desgracia de tenernos de clientes (y a las que por además rara vez pagábamos). En esas condiciones, y salvo en una sola ocasión, está claro que de comida o cena de navidad nanay del Japón cosa que yo en el fondo agradecía.

Pero una cena de navidad de empresa es como la muerte: se puede esquivar un tiempo pero siempre acaba alcanzándote. Aún así seguí teniendo suerte ya que el segundo acontecimiento de estas características al que me vi obligado a asistir tuvo lugar apenas dos meses después de mi llegada a la empresa con lo que no había tenido tiempo aún de enemistarme con mis compañeros y al año siguiente fui despedido cuando ya me encontraba enfrascado en la búsqueda de alguna complicada excusa para evitar volver a compartir el queso empanado con unos compañeros con los que ya había tenido tiempo de enemistarme. Aun así recuerdo con desagrado como la jefa (o la mujer del jefe que viene a ser lo mismo) se empeñó en que todos y cada uno de los asistentes (excepto ella naturalmente) nos levantáramos y diéramos un discursito sobre lo mucho que nos gustaba estar en XXXXXXX Sociedad Limitada y de qué manera formábamos todos una gran familia. Yo también tuve que hacerlo claro.

Ayer mismo tuvo lugar la tercera vez aunque en este caso fue una comida. Desde el principio de la semana yo me había estado sintiendo un poco mal y en concreto el mismo día del acontecimiento mi estomago era una especie de Verdún en miniatura. No parecían las circunstancias apropiadas para meterse tremenda parrillada de cerdo con cerdo así que durante la mañana estuve lanzando insinuaciones acerca de que a lo mejor no podría ir, que me encontraba mal esto y lo otro, insinuaciones que eran recibidas como si yo estuviera gastando una broma o algo así. Nadie creía que no fuera a asistir. Porque amigo si has decidido no ir a la comida-cena de navidad por estar enfermo más te vale estar auténticamente enfermo MÁS TE VALE ESTAR MURIENDOTE MUCHACHO porque de otro modo estas acabado.

El hecho de que la cuchipanda navideña está tan imbuida en el inconsciente español como una obligación equivalente a vacunarse de la anti tetánica explica el hecho de que al final decidiera ir al martirio algo que en cualquier otra circunstancia no hubiera hecho. Efectivamente la no asistencia a esta clase de actos se considera una afrenta que puede ser irreparable. Conozco personalmente el caso de una mujer que fue despedida por excusarse de forma que hubiera sido considerada convincente para cualquier otro tipo de compromiso.

No hay mucho que contar del banquete, la comida estuvo bien aunque esto es lo de menos. Decía Maytena en una de sus tiras cómicas que en este tipo de celebraciones lo más interesante parece suceder siempre en el otro extremo de la mesa. A mi me tocó con las mujeres y cómo una de ellas estaba embarazada la conversación giró en torno a dilataciones, amniocentesis y vómitos matutinos. Perfecto para hablar en una comida, y más en mi estado. De todos modos me alegré de haber caído en ese rincón puesto que en el de los hombres las conversaciones seguramente fueron más nauseabundas a juzgar por las risas maniacas que llegaban desde ese lado. La cosa acabó después de unas tres horas y media de tortura, tras los cual conseguí escaparme de la prórroga, o sea las copitas de la digestión tomadas en algún mirador con mesas de plástico de coca cola. Pero esta vez nadie se preocupó por mi desafección. Yo ya había cumplido.

Creo que mi antipatía por estas cosas obedece al hecho de que nunca he comprendido la razón por la que los compañeros de trabajo tengan que ser también obligatoriamente amigos y deban mantener algún tipo de relación fuera del habitual buenos-días-hasta-mañana-que-tal-los-niños. O tal vez tenga que ver con todas esas leyendas urbanas (que como digo nunca he podido comprobar personalmente dada mi escasa experiencia) sobre cenas de empresa que acaban a silletazos en cuanto los Jägermeister empiezan a hacer efecto y Peláez de Contabilidad saca a relucir viejas pendencias con Marhuenda el del almacén. Pero en fin como navideño que soy el año que viene volveré a pasar por lo mismo. Suponiendo que tenga trabajo entonces naturalmente.

De la otra tradición navideña relacionada con el trabajo y la comida tengo una experiencia aún más exigua. Me refiero a la cesta o lote de navidad un regalo despreciado y criticado de forma transversal y longitudinal en todos los oficios. Pero ¡ah! aquella empresa que teniendo implantada la costumbre decida suprimirla provocara como mínimo rumores de que la quiebra está cercana. Y allí donde no existe la costumbre no faltaran nunca empleados que la reclamen mencionando tal o cual negocio donde dan unos lotes de órdago a pesar de ser más pobres o tener menos empleados.

Curiosamente la única ocasión en la que me encontré satisfecho con el regalito fue en mis tiempos de aprendiz (ni siquiera era un empleado formalmente hablando) en una gestoría no demasiado lujosa que sin embargo nos obsequió con una de esas cestas de Carpanta a la que uno piensa que jamás va a poder hincar el diente.




De resto nada, en la empresa cutre que mencione antes una vez el jefe tiró la casa por la ventana y nos dio a cada uno una botella de licor de plátano. Lo demás ha consistido en asépticas cajas de cartón donde uno se encontraba con tabletas de “Turrón Teclo” y otros horrores ignotos.





Y dado que la función pública no es partidaria de este tipo de obsequios este año no puedo contar ninguna historia sobre lotes de navidad ni describir con detalle su contenido para mofa, befa y escarnio del blog.

Así pues si alguien quiere contar alguna anécdota enriquecedora sobre estas dos costumbres navideño-laborales es muy libre de hacerlo en la sección de comentarios. De no ser así les sugiero que busquen cualquiera de los especiales de Navidad de El Jueves donde Oscar Nebreda ha diseccionado estos de manera con más minuciosidad y seguramente con mucha más gracia.

Saturday, December 01, 2007

The first day of Christmas



¿Cuándo empieza la Navidad? Este suele ser uno de los temas recurrentes de cualquier tertuliano pero-que-tiempos-vivimos que se precie al igual que las quejas sobre la americanización de la fiesta de difuntos y el botellón.

De todas formas hay que reconocer que la llegada de la fiesta más extensa del año se ha venido adelantando un poco más cada vez. En un principio (que no soy capaz de recordar quizás porque tuvo lugar antes de que yo naciera) parece que todo empezaba el 22 de Diciembre con el sorteo de la lotería de navidad o quizás es que de pequeño yo identificaba el comienzo de la fiesta con ese día porque era más o menos por entonces cuando acababan las clases. Si tal cálculo fuese cierto se dejaría la cosa en unos quince días aproximadamente lo que no esta nada mal tanto para los que les gusta la fiesta como para los que la odian.

Pero vamos cualquiera que tenga ojos y orejas sabe que esto no es así y que mucho antes de que los niños cantarines empiecen a repartir la suerte ya hace tiempo que estamos metidos en vereda. Una nueva estimación podría determinar entonces que la fiesta comenzaría digamos el primer día del mes de diciembre o hilando más fino durante el puente de la Constitución (o de la Inmaculada) momento elegido tradicionalmente para las grandes migraciones de adquisición de basura inútil: de Madrid al resto del mundo desde Londres a NY según el nivel de ingresos, del resto de capitales de provincia a Madrid y desde los pueblos a las capitales de provincia. Pero igualmente tenemos la certeza de que tampoco es este el momento exacto en el que empiezan a oirse las campanitas. De hecho la nueva fecha de comienzo de las fiestas de invierno parece haberse instalado el día 2 de Noviembre inmediatamente después del día de los difuntos y algo menos de dos meses antes de la natividad del señor.

Bueno esto es algo bastante perturbador sobre todo para los millones de personas que odian las navidades pero ¿se detendrá todo ahí? ¿ira adelantándose un poco más el pistoletazo de salida hasta que acabemos dentro de unos cincuenta años viviendo en un mundo como el que descubría Jack Skelletor donde es Navidad todo el año?. Quien sabe pero mientras tanto yo soy de los que opina que cada uno debe llevar la fiesta del modo más personal posible y personalmente yo he declarado el 1 de Diciembre comienzo oficial de la Navidad en el blog de Sisterboy para que lo sepan.

Esto no significa que vayamos a hablar del tema durante los próximos 37 días, sólo significa que tal cosa puede pasar. El año anterior ya hice un par de comentarios sobre, según mi punto de vista, qué libro se debería leer y qué película se debería ver en estas fechas. Me hubiera gustado hablar de más cosas pero me lo impidió la vagancia así que a lo mejor lo hago estas Navidades. O a lo mejor no.